¡López Obrador, Noroña y Claudia Sheinbaum viven desconectados de la realidad! La 4T es un peligroso proyecto que se basa en la ilusión de que todo se trata de regalar dinero, pero carecen de un plan para hacer de México un país productivo. Por eso es que López Obrador ha endeudado al país como ningún otro presidente, y por eso ahora quiere tomar por asalto 40 mil millones de pesos de las Afores. Si tuviera más tiempo al frente del Poder Ejecutivo, seguro recurriría a la impresión de billetes, que es la antesala inequívoca de los grandes procesos inflacionarios. Y así, mientras ellos desperdician el dinero de todos los mexicanos, sus grandes obras como el Tren Maya, el AIFA y Dos Bocas siguen sin generar un solo gramo de riqueza.

Los recientes desastres en México (asesinatos de precandidatos, incendios fuera de control en Veracruz, el Tren Maya que se descarrila) y en Rusia (el más violento atentado terrorista en su historia moderna) evidencian similitudes notables entre Putin y López Obrador. La diferencia es que el primero es un tirano profesional, y el segundo un aprendiz tropical y bananero. Se ha doblado ante los Estados Unidos, y recientemente fue incapaz de dar una entrevista medianamente digna para una conocida cadena televisiva estadounidense. Mientras, el país se le sigue desmoronando en sus propias manos.

¡El régimen cubano tiene serios problemas, y Rusia no es un ejemplo de democracia! No hay que olvidar que estos temas son importantes para nosotros, porque el populismo de izquierda, representado en México por López Obrador, ha tenido la posibilidad de acceder al poder en diversospaíses gracias al apoyo global de regímenes como el cubano, el venezolano, el ruso o el iraní. Todo en este mundo está conectado, y por eso es tan importante -e interesante- ver cómo el pueblo cubano está manifestando de un modo cada vez más decidido y fuerte, su rechazo y hartazgo contra el ineficiente régimen socialista que los ha esclavizado durante 65 años.

Se acaba de revelar otro escándalo: los primos de los hijos del presidente, por el lado de la familia Beltrán, han sido exhibidos en un audio riendo y bromeando sobre los pingües negocios que han hecho con el Tren Maya, pero reconociendo que no hay control de calidad y que podría haber accidentes. No les importa, claro. Ellos ya cobraron. Esa y varias situaciones más le han complicado la semana a López Obrador. Cayetana Álvarez, verdadera demócrata -y yo les explico por qué- puso con los pelos de punta a todo el lopezobradorismo, y mientras Claudia Sheinbaum sigue en problemas, humillada y maltratada por un presidente obstinado en que ella, en caso de llegar a la presidencia, tendrá que vivir sometida y sin criterio propio.

El presidente ha perdido el control de la agenda pública. Desde hace tres semanas, no suelta el tema del hashtag #NarcoPresidenteAMLO, que se ha mantenido como tendencia mundial durante todo este tiempo. López entiende que no será recordado como el gran estadista que salvó a México y nos llenó de felicidad, sino como el oscuro y corrupto cómplice del crimen organizado. A eso se han agregado sus conflictos con la prensa estadounidense y con la plataforma YouTube. Se sabe acorralado, y eso lo vuelve más peligroso de cara a las elecciones presidenciales. Lo que sí es seguro es que su sexenio va a ser recordado como un fracaso absoluto.

El estado nunca será más eficiente que los ciudadanos para administrar negocios. La absurda política de López Obrador, basada en el concepto delirante de la pretendida soberanía energética, ha llevado a la industria energética del país al colapso. En términos reales, está quebrada, pero las empresas del gobierno no quiebran porque el propio gobierno siempre podrá saquearte por medio de impuestos, endeudarse, o imprimir billetes. Así, paso a paso, el sexenio de López Obrador se acaba en medio de un fracaso económico absoluto, y el presidente se enfrenta al abismo que será perder el poder. ¿Será Claudia capaz de deshacerse de él como Lázaro Cárdenas lo hizo con Plutarco Elías Calles, o como López Portillo hizo con Echeverría?

El más importante empresario de México presentó ayer una conferencia de prensa, y tres temas en particular dejan entrever una fractura con la 4T. Señaló que la culpa de la caída de la L12 (que dejó casi tres decenas de muertos) fue por falta de mantenimiento, y con ello echa la responsabilidad criminal sobre Claudia Sheinbaum. Además, señaló el fracaso de Pemex en el negocio de la refinación, y con ello pone en jaque la política nacionalista-energética del presidente López. De paso, se quejó de que Telmex ya no es negocio. ¿Será el inicio de una ruptura entre el gran capital y el proyecto autócrata de López?

¡La gira de Xóchitl Gálvez en los Estados Unidos ha sido todo un éxito! Los medios nacionales no se arriesgan a reportarlo, pero los testimonios y las imágenes que nos llegan de sus eventos demuestran que Xóchitl ha logrado interactuar como una verdadera estadista. Y no sólo con políticos estadounidenses, sino también con empresarios y con migrantes mexicanos. La desenfrenada chairiza ha querido vendernos el cuento de que todo fue un fracaso (y en ese esfuerzo han tratado de funar a nuestro querídismo Rafael Elías, quien por supuesto cuenta con toda nuestra admiración, respeto y apoyo). Lo curioso es que sólo han logrado lo que menos les convenía lograr: todo mundo sigue hablando de Xóchitl. ¿Y de Claudia? ¿Claudia? ¿Quién es Claudia?

¡Prepárate para el semestre más extraño de toda tu vida! De junio a noviembre de este año vamos a ser testigos de un momento crucial para el destino de México y los Estados Unidos, así como para sus relaciones. En medio de gravísimas crisis en diferentes ámbitos, López Obrador y Biden van a enfrentar procesos electorales en los que mucha gente les va a cobrar factura por sus graves errores. En México, Xóchitl tiene posibilidades reales de ganar, pero tendrá que enfrentar una elección de estado. En el país vecino del norte, el caso parece irremediablemente perdido para los demócratas. Mientras, el mundo está de cabeza, y la violencia en nuestro país se mantiene incontrolable.

No es que te queramos deprimir, pero la situación está que arde. Xóchitl Gálvez tiene posibilidades de ganar la elección, pero a ratos pareciera que los partidos de la coalición son más lentos y torpes de lo que necesitamos los ciudadanos, y Morena tiene a su favor el colmillo de sus operadores y el hecho de que López Obrador va a intentar la elección de estado más descarada de toda la historia. Por eso, no hay que olvidar que Xóchitl solo cuenta, realmente, con nosotros los ciudadanos. Somos nosotros los que tenemos que asumir el compromiso de votar, a sabiendas de que nos estamos jugando el futuro de México.