Desarrollan implante cerebral que ayuda a bajar de peso
En los últimos años se están desarrollando dispositivos para tratar enfermedades, mediante el método llamado optogenética inalámbrica, con el que buscan identificar vías neuronales periféricas que controlan tanto el apetito como otros comportamientos.
Es decir, que están desarrollando dispositivos diminutos, implantables, que es posible activar para que produzcan un estímulo eléctrico en el sistema nervioso, específicamente en el sistema de neuronas encargado del comportamiento, hábito, costumbre, o lo que sea que se quiera modificar, corregir, disminuir o aumentar.
Actualmente se encuentran en desarrollo chips implantables contra la ansiedad, el estrés, la memoria, etc.
En pocas palabras, se trata de hackear el cerebro, básicamente, y enviarle las instrucciones correctas para el buen funcionamiento del organismo.
Chip contra la obesidad
A principios de enero un artículo de la revista Nature Communications revela que ingenieros de la Universidad Texas A&M se encuentran desarrollando un implante cerebral que podría ofrecer unmétodo menos invasivo que el bypass gástrico para ayudar con la pérdida de peso.
El chip inalámbrico, que mide solamente un centímetro, estimula las terminaciones del nervio vago para proporcionar una sensación de plenitud. A diferencia de otros dispositivos que requieren un cable de alimentación, el nuevo dispositivo inalámbrico se puede controlar externamente desde una fuente de radiofrecuencia remota.
y agrega el profesor asistente en el departamento de ingeniería eléctrica e informática de la Universidad Texas A&M:
"Nuestro dispositivo tiene el potencial de hacer ambas cosas en las duras condiciones gástricas, lo que, en el futuro, puede ser muy beneficioso para las personas que necesitan cirugías dramáticas para bajar de peso".
Este micro chip inalámbrico en principio está destinado a personas con un índice de masa corporal superior a 35 o que tienen al menos dos afecciones relacionadas con la obesidad, aquellos que entran en la lista para someterse a cirugías gástricas, las cuales ayudan no solo a perder el exceso de peso, sino que también para mantener su peso a largo plazo. Y apunta, específicamente, al nervio vago.
En los últimos años, el nervio vago ha recibido atención como un objetivo para el tratamiento de la obesidad, ya que proporciona información sensorial sobre la plenitud desde el revestimiento del estómago hasta el cerebro.
Aunque ya existen dispositivos médicos que pueden estimular las terminaciones del nervio vago y, en consecuencia, ayudar a controlar el hambre, estos dispositivos tienen un diseño similar a un marcapasos, con cables conectados a una fuente de corriente que proporcionan sacudidas eléctricas para activar las puntas del nervio vago.
Pero ahora estamos ante un dispositivo mucho más sofisticado
Park dice que la tecnología inalámbrica, así como la aplicación de herramientas ópticas y genéticas avanzadas, tienen el potencial de hacer que los dispositivos de estimulación nerviosa sean menos engorrosos y más cómodos para el paciente.
“A pesar del beneficio clínico de tener un sistema inalámbrico, ningún dispositivo, hasta el momento, tiene la capacidad de realizar una manipulación específica de tipo celular crónica y duradera de la actividad neuronal dentro de cualquier otro órgano que no sea el cerebro”, dice.
Para llenar este vacío, Park y su equipo para el desarrollo del implante cerebral, primero utilizaron herramientas genéticas para expresar genes que responden a la luz en terminaciones específicas del nervio vago in vivo.
NANO DISPOSITIVO
Luego, diseñaron un dispositivo diminuto con forma de paleta e insertaron micro LED cerca de la punta de su eje flexible, que estaba sujeto al estómago.
En la cabeza del dispositivo, llamado recolector, albergaban los microchips necesarios para que el dispositivo se comunica de forma inalámbrica con una fuente de radiofrecuencia externa.
El propio dispositivo también produce energía para alimentar los LED.
Cuando se enciende la fuente de radiofrecuencia, se enciende la luz de los LED e inmediatamente se anula la sensación de hambre.
Los investigadores dicen que se sorprendieron al descubrir que el mecanismo biológico funciona de un modo diferente a como tradicionalmente se creía.
Está ampliamente aceptado que cuando el estómago está lleno, se expande y la información sobre el estiramiento es transmitida al cerebro por los mecanorreceptores del nervio vago.
De este modo, cuando el estómago se llena, el cerebro recibe la información, y te notas satisfecho.
“Nuestros hallazgos sugieren que la estimulación de los receptores que no se estiran, los que responden a las sustancias químicas en la comida, también podría dar una sensación de saciedad incluso cuando el estómago no está distendido”, dice Park.
De cara al futuro, dice que el dispositivo actual también podría manipular las terminaciones nerviosas en todo el tracto gastrointestinal y otros órganos, como el intestino, con pocas modificaciones o ninguna.