El poder de la presidencia
Dos de los cursos que más disfruté, cuando estudié la maestría en Harvard, fueron el de Richard E. Neustadt y el de Roger B. Porter.
Algunas de sus lecciones podrían ser relevantes hoy, en el inicio de un nuevo gobierno en nuestro país.
Richard E. Neustadt (1919–2003), uno de los estudiosos más influyentes de la presidencia estadounidense, ofreció consejos esenciales para los nuevos presidentes basados en su análisis del poder y el liderazgo.
Su obra principal, “Presidential Power and the Modern Presidents” (1960), ha sido leída por todos los presidentes desde Kennedy.
Es un libro extraordinario, vigente al día de hoy.
Roger B. Porter fue asesor presidencial en tres administraciones (Ford, Reagan y Bush padre).
Sus ideas se centran en la importancia del proceso, las estructuras de toma de decisiones y la gestión de la presidencia.
Su obra principal, “Presidential Decision Making: The Economic Policy Board” (1980) es un texto muy valioso para quienes pretenden formar parte de un equipo presidencial.
De acuerdo con mis notas, estos son los consejos clave que podrían ser útiles para una nueva presidenta:
A) Los consejos de Neustadt
1. El poder presidencial es el poder de persuadir.
El consejo más famoso es que el poder presidencial no proviene de los poderes formales otorgados por la Constitución, sino más bien de la capacidad de persuadir a los demás.
El éxito de una presidenta depende de su capacidad para convencer al Congreso, la burocracia y el público para que apoyen sus políticas.
Esta persuasión se basa en la credibilidad, la negociación y la construcción de relaciones.
No basta con intentar dar órdenes, es necesario convencer.
2. Construye tu credibilidad.
La eficacia de una presidenta está estrechamente vinculada a su reputación.
Los nuevos presidentes deben salvaguardar su credibilidad a toda costa.
Una vez perdida, es difícil recuperarla.
Ser visto como una persona confiable y competente es fundamental para mantener la influencia sobre el Congreso, el público y los líderes extranjeros.
Esto requiere coherencia en la toma de decisiones, comunicación clara y evitar las promesas excesivas.
3. Trabaja dentro de las limitaciones.
Una presidenta opera dentro de un sistema de “instituciones separadas que comparten poder”.
Esto significa que, si bien la presidenta es poderosa, debe trabajar a través de las limitaciones impuestas por el Congreso, los tribunales y los gobiernos estatales.
Comprender y respetar estas limitaciones es vital para evitar la extralimitación política y garantizar la cooperación entre las ramas del gobierno.
4. Usa estratégicamente tu capital político.
Los nuevos presidentes deben ser estratégicos en la forma en que utilizan su capital político.
Los presidentes deben concentrarse en iniciativas de alta prioridad al comienzo de su mandato, cuando tienen el mayor impulso político.
Extenderse demasiado al perseguir demasiados objetivos simultáneamente puede diluir la influencia de una presidenta y fortalecer la oposición.
5. El momento oportuno es clave.
Los presidentes eficaces comprenden la importancia del momento oportuno.
El momento adecuado para impulsar cambios de políticas es crucial para el éxito.
Una presidenta debe ser capaz de leer el entorno político y anticipar cuándo las condiciones son favorables para la acción.
Al aprovechar las oportunidades en el momento adecuado, los presidentes pueden maximizar su eficacia.
6. Negociación y compromiso son inevitables.
El compromiso y la negociación son esenciales para navegar por la presidencia.
Dados los límites del poder presidencial, una presidenta debe ser experta en negociar acuerdos con el Congreso, los partidos y otros actores políticos.
Los nuevos presidentes deben centrarse en construir coaliciones y encontrar puntos en común, reconociendo que el compromiso es necesario para lograr objetivos más amplios.
7. Participa en tu aprendizaje continuo.
Los nuevos presidentes siempre deben estar aprendiendo y adaptándose.
Ninguna presidenta puede anticipar por completo todos los desafíos que enfrentará, por lo que la capacidad de evolucionar en función de nueva información es clave.
Los presidentes exitosos evalúan continuamente la eficacia de sus estrategias y ajustan el rumbo cuando es necesario.
8. Debes mantener el apoyo público.
La aprobación pública es una fuente importante de poder presidencial.
Los presidentes que mantienen altos niveles de apoyo público pueden usarlo como palanca para influir en el Congreso y otros actores clave.
Una nueva presidenta debe comunicar sus políticas con claridad al público y evitar acciones que alejen al electorado.
9. Cuidado con el aislamiento.
Los nuevos presidentes deben advertir el peligro de aislarse de las perspectivas externas.
Como la presidencia es un cargo insular, es esencial buscar el asesoramiento de una amplia gama de puntos de vista. Confiar demasiado en un pequeño círculo interno puede llevar a una mala toma de decisiones.
Los presidentes deben solicitar activamente opiniones diversas tanto dentro como fuera de su administración.
10. Entiende el juego a largo plazo.
Los presidentes deben pensar en el largo plazo, sobre su legado y el impacto más amplio de sus decisiones.
En lugar de centrarse en victorias políticas a corto plazo, una presidenta exitosa prioriza las decisiones que tendrán un impacto positivo y duradero en el país.
La paciencia y la previsión estratégica son cualidades esenciales.
B) Los consejos de Porter
1. La estructura importa.
La estructura interna de la oficina de una presidenta es crucial para una gobernanza eficaz.
Una nueva presidenta debe asegurarse de que su proceso de toma de decisiones esté bien organizado, con líneas claras de responsabilidad y rendición de cuentas.
Se debe crear un proceso estructurado que permita una revisión exhaustiva de la información y las ideas antes de tomar decisiones.
2. El proceso es más importante.
Un proceso que funcione bien conduce a mejores decisiones.
La oficina de la presidenta debe tener un marco claro para recopilar información, sopesar las opciones y garantizar que se consideren los diversos puntos de vista.
Este proceso ayuda a evitar decisiones impulsivas o mal pensadas.
3. Gestiona a tus asesores y a tu equipo.
Es de la mayor importancia gestionar eficazmente las relaciones entre la presidenta y su equipo directo.
Una presidenta debe delegar de manera eficaz y asegurarse de que sus asesores ofrezcan opiniones sinceras, fundamentadas y variadas.
Sin embargo, también es importante mantener la lealtad y la unidad dentro del equipo.
4. Establece prioridades.
Los nuevos presidentes suelen tener agendas ambiciosas.
Por eso mismo deben priorizar con cuidado.
Los presidentes deben centrarse en unos pocos objetivos principales en lugar de distribuir sus esfuerzos entre demasiadas iniciativas.
Esto aumenta la probabilidad de obtener logros significativos al principio del gobierno.
5. Comprende los límites del poder.
El poder de una presidenta está limitado por factores externos como el Congreso, los tribunales y la opinión pública.
Los nuevos presidentes deben ser realistas sobre lo que pueden lograr y trabajar dentro de estas limitaciones mediante la creación de coaliciones y la participación en acuerdos.
6. Construye relaciones con el Congreso.
No basta con tener una mayoría.
Los presidentes deben invertir en sus relaciones con el Congreso desde el principio, incluso con miembros de la oposición.
El éxito legislativo depende en gran medida de estas relaciones, por lo que es esencial fomentarlas para asegurar el cumplimiento de la agenda presidencial.
7. Evita la microgestión.
Los nuevos presidentes deben evitar empantanarse en los detalles de cada asunto.
En cambio, deberían centrarse en el panorama estratégico más amplio, permitiendo que su equipo y su gabinete se ocupen de los detalles.
Una delegación eficaz es fundamental para que la presidenta pueda concentrarse en los asuntos más importantes.
8. Aprende de tus predecesores.
Los nuevos presidentes deberían estudiar las experiencias de los presidentes anteriores para entender qué funcionó y qué no.
Cada administración ofrece lecciones que pueden ser útiles para manejar los desafíos únicos del cargo.
9. Establece un ritmo.
El ritmo es vital.
Una presidencia no es una carrera de velocidad sino una maratón.
Los nuevos presidentes deberían establecer un ritmo sostenible que permita un enfoque a largo plazo y evite el agotamiento de su equipo.
10. Comunícate con claridad.
La comunicación clara, tanto internamente con el personal como externamente con el público, es fundamental para el éxito.
Los presidentes deben definir sus mensajes de forma deliberada y asegurarse de que su visión sea entendida tanto por su equipo como por la nación.
Los consejos de Neustadt giran en torno a la comprensión de las realidades prácticas del poder presidencial, que se basan más en la persuasión que en el mando.
Una presidenta exitosa construye cuidadosamente alianzas, toma decisiones estratégicas sobre dónde concentrar sus esfuerzos y cultiva el apoyo público y político.
Los consejos de Porter se basan en el proceso y la estructura: una toma de decisiones bien organizada, una delegación eficaz y una comunicación clara.