Infancia infame
Este abril se celebra “el Día del niño” …¿o deberíamos decir: se conmemora aquello que alguna vez llamamos “infancia”?
Porque habríamos de preguntarnos cómo es y qué le queda a la infancia de hoy.
Y, peor aún: ¿En qué clase de adultos se convertirán quienes hoy son niños?
BURLA CÍNICA
Pareciera una burla cínica celebrar algo que a todas luces hemos convertido en un desastre y en una cárcel para infantes. ¿Qué sucedió? Sucedió la indolencia, la inconciencia, la indiferencia.
Es cierto que el concepto de la infancia ha estado idealizado, y que a muchos les tocó que esa etapa de su vida fuera dolorosa o difícil.
Y, aun así, hace no muchos años, los niños podían encontrar espacios para vivir momentos felices y divertidos.
Pero ahora, ese dolor y esa dificultad se ha generalizado y los espacios se han restringido y reducido casi hasta la extinción.
Muchos de quienes ahora somos adultos (casi adultos mayores), recordamos con singular nostalgia los días de nuestra infancia:
Andar en bicicleta, saltar en los charcos (porque antes llovía), jugar en la calle, comer golosinas, ir a la escuela, vivir en familia, explorar los alrededores, andar descalzos, bañarse con la manguera, ir solos al parque, Etc...
DESCOMPOSICION SOCIAL
Pero los niños de ahora enfrentan un panorama muy distinto y casi desolador debido a la descomposición social en la que les toca vivir esta etapa de su desarrollo y en la que parece que nada es saludable ni seguro.
Al contrario, parecen estar injustamente inmersos en un mundo que atenta constantemente contra su integridad y supervivencia.
Ahora, los niños se hacen obesos porque no pueden hacer ejercicio pues hay mala calidad del aire, ya no se puede andar en bicicleta por las calles, ni salir a jugar con los amigos porque es peligroso.
Abundan los niños tristes, niños neuróticos, niños paranoicos, niños deprimidos y ansiosos.
En la escuela el bullying y en la casa la violencia doméstica, y la familia desintegrada.
No se pueden bañar con la manguera en días de tórrido calor, porque o se impone una multa por desperdicio del “vital líquido” o simplemente no sale agua porque no hay.
¡Ni pensar en ir solos al parque, no vaya a ser que ande por ahí algún pederasta o depredador sexual!
La falta de seguridad pública, el cambio climático, la crisis económica, la contingencia sanitaria, la violencia doméstica, las adicciones, la desintegración familiar, el rezago educativo, la discriminación social, el abuso infantil, los contenidos tóxicos en los medios, los riesgos y peligros cibernéticos, el encierro, el aturdimiento, la soledad, el desamparo, la vulnerabilidad…
Los niños de hoy viven una infancia infame.
Debemos devolverles a los niños la felicidad de la infancia si no queremos tener un mundo de adultos monstruosos como lo que ya empieza a suceder.