
Les platico:
No recuerdo haber visto dos llenos hasta las banderas del Teatro de la Ciudad de Monterrey desde hace muchísimo tiempo.
Conartes se fueron y secretarías de cultura vinieron, y el espacio que fuese emblemático de estas bárbaras y sedientas comarcas del norte, languidecía como producto de administraciones balines en manos de supuestos "expertos".
Con decirles que fue sujeto de tan mal mantenimiento, que duró cerrado casi un año o sepa el Dios de Spinoza cuánto tiempo más, en la época tardía de El Bronco.

Y digo "tardía" porque tuvo otra era temprana, cuando los regios todavía se la creían de que finalmente, los tiempos del cambio habían llegado con el petardo ese que resultó ser Jaime Rodríguez.
Al menos en lo referente a cultura, confieso que yo mismo me la creí, pero bastó con que Conarte se asentara para que se empinara la esperanza vuelta quimera de que las cosas cambiarían con ese tipo, hoy supuestamente enfermo y sacado del bote a empujones, con los habituales recovecos legales tan propios de la política mexicana.
