
Les platico:
Sacando a pasear a sus dos semestres de ciencias -ocultas y descubiertas- o de otras carreras truncas y mochas, los contendientes se olvidan de cumplir con sus obligaciones primarias y le dan vuelo a la hilacha… electoral.
Se funden en un crisol ignominioso sus minucias ideológicas con las fisiológicas y todo se vuelve un estercolero de verborrea escatológica.
Los que se sienten fuertes buscan destruirse entre ellos mismos y los más débiles sobreviven arrastrándose bajo las piedras o cambiando de color, porque…
CON QUE EL GATO CACE VOTOS, DEL COLOR QUE SEA…

Todos, con el cuchillo entre los dientes y como se trata de mulas consumadas, nomás las patadas se oyen entre ellos.
Sus argumentos duran lo que un hielo en la sartén.
Y así -todos- buscan convencer al dueño del partido o del gobierno para que los unja con su dedo.
¿Los electores? Esos no cuentan por ahora. Ya vendrá el momento de ir a verlos, cuando regurgiten las promesas de sus arengas.
Con sus reiterados desfiguros, hasta pareciera que inhalan, no que anhelan esos puestos.
¿Y LOS RÉMORAS?
¿Cómo cuáles? Uno de los más viles, el PT, donde su máximo líder ofrece a sus militantes el NO pago de servicios ni de impuestos a cambio de votos para Morena.

