Los efectos ya se dejan sentir, y ahora la presidenta de México elogia el T-MEC como una gran herramienta para competir con China. Sin embargo, los rumbos que está tomando la política económica nacional no son alentadores, y las expectativas no son buenas. Lo interesante a lo largo de 2025, y probablemente de 2026, va a ser la inevitable comparación entre los logros de Claudia con los de Milei. Hagan sus apuestas. ¿Quién va a tener mejores resultados económicos?

Y los robots no van a solucionar ese problema. Vivimos una época muy compleja en la que los problemas de seguridad empujan a Donald Trump a prometer deportaciones masivas de inmigrantes, pero el efecto que eso tendría en los mercados (tanto en la oferta como en la demanda) sería negativo. ¿Se puede sustituir la mano de obra con robots y tecnología? Sí, pero la demanda del mercado no, por lo menos en el corto plazo. Los Estados Unidos tendrán que ir con pies de plomo al hacer estos ajustes, y centrarse en la mejora de su productividad para tener éxito en las reformas que se van a implementar a partir de enero del próximo año.

¡Claudia y sus fieles de la 4T no entienden qué es la riqueza! Y por eso se aferran a ideas que nunca han funcionado, como la famosa "redistribución" que ahora quieren impulsar por medio de una reforma fiscal que atenta directamente contra la clase media. Poco a poco, las condiciones económicas en México se van erosionando, y las fricciones con Estados Unidos y Canadá pueden traer resultados catastróficos. Sin embargo, ellos no van a resolver nuestros problemas, y el riesgo es que México se quede estancado varias décadas en políticas sin rumbo ni futuro.

¡Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Juan Ramón de la Fuente no se toman en serio el reto que enfrentará México con Donald Trump! En un verdadero gesto de indolencia política, los líderes del gobierno mexicano están tomando las cosas con demasiada parsimonia o candidez, y no parecen estar preparados para enfrentar de manera eficiente las amenazas del nuevo gobierno estadounidense relacionadas con el tema de la inmigración. Mientras tanto, la violencia en México continúa, y el gobierno de la 4T parece más interesado en desgastar a sus oponentes políticos, que en garantizar la seguridad de sus ciudadanos.

Claudia Sheinbaum no da visos de que vaya a asumir una política responsable. Sus desplantes autoritarios están hundiendo a México en una crisis constitucional, pero no hay manera de que alguien detenga al Poder Ejecutivo y al Poder Legislativo. Morena tiene todo el poder y hace lo que quiere. Mientras, el crimen organizado sigue sembrando caos por todo el país, ante la complacencia e inutilidad de las autoridades. Todo parece indicar que la única barrera contra la que van a chocar serán los Estados Unidos, y el rumbo que tomen las cosas dependerá de quién sea el próximo presidente de nuestro vecino del norte.

El de hoy fue un programa especial. Estuvo conmigo don Gustavo M. de la Garza Ortega, uno de los referentes del empresariado mexicano global. Ha logrado ver y participar en el desarrollo de negocios que en la mayoría de los casos ocupan tres generaciones. A sus 87 años de edad, sigue activo, generando valor en todos los ámbitos en que se mueve: empresa, filantropía, cultura, educación. Se autodefine como no político, pero con sus acciones influye aún en ese ambiente. Uno de los temas donde fue muy específico se refiere a la relación que sostiene el gobierno de México desde AMLO con Estados Unidos. Mencionó el apagón generalizado que lleva ya 4 días en Cuba. "México está ayudando a ese país, porque somos vecinos. Pero si a nosotros nos llegara a ocurrir lo mismo ¿a poco íbamos a pedirle apoyo a Guatemala? Está cerca pero en muchos sentidos están peor que nosotros. ¿O a China? Está muy lejos. Tenemos a Estados Unidos para que nos pase un poquito de corriente, pero vean cómo los está tratando nuestro gobierno". PD: "No existen problemas que no tengan solución", nos dice Don Gustavo en esta plática donde nos comparte sus más importantes experiencias como emprendedor; también sus inquietudes, sus pasiones culturales, y sus proyectos a futuro. Incansable apasionado de las telecomunicaciones, sus empresas actualmente tienen un impacto global, y es un ejemplo a seguir en una época en la que todo parece oscuro para México.

Desde sus expresiones dictatoriales con las cuales señala que no habrá diálogo con la oposición, hasta sus nuevos proyectos para el Infonavit en un desesperado intento por resolver la crisis de vivienda en la CDMX, la presidenta de México nos demuestra que el rumbo del país no va a cambiar, que se le va a dar preferencia a las políticas ideologizadas y no a las políticas eficientes, y que vamos a tener un sexenio en el que todos los problemas provocados por López, se van a agudizar.

México está a punto de enfrentar una crisis similar a la de los años setentas u ochentas, gracias a que López aniquiló las reservas de dinero que tenía el país. El pésimo desempeño económico del sexenio anterior pone a Claudia en una situación comprometida, y por ello ha tenido que iniciar su gestión solicitando un préstamo de 18 mil millones de dólares. Sin embargo, no parece estar dispuesta a gastarlo correctamente. El gobierno de la 4T sigue empeñado en dar limosnas y no invertir en verdaderas soluciones para el país.

¡López Obrador no supo ser cómplice del crimen organizado! Ansioso por obtener y conservar el poder absoluto, es un secreto a voces que López Obrador buscó y explotó el apoyo de grupos del crimen organizado. Sin embargo, su nula visión estratégica no permitió que esa relación (normal en la política, nos guste o no) se diera de una manera equilibrada. Las consecuencias son evidentes: López termina su sexenio, y en estados como Sinaloa o Coahuila la situación es, literalmente, de guerra civil. Y todo porque el presidente saliente nunca tuvo la capacidad intelectual para entender la complejidad del problema, y menos aún para plantearse soluciones o alternativas funcionales.

¡Es contra Claudia Sheinbaum! Los últimos desplantes de López Obrador, especialmente todo el desaseo con el que se logró la reforma al Poder Judicial, no son nada más una venganza en contra de la Ministra Norma Piña y los jueces de la Suprema Corte. Son, antes que otra cosa, un manotazo para dejarle bien claro a Claudia Sheinbaum -que estaba dispuesta a diferir la votación de la reforma, e incluso a revisar su contenido para no entrar en pleitos innecesarios con los Estados Unidos y Canadá- que el que manda es López, y nada más López, así en el sexenio que termina como en el que empieza. Y si López quiere ir a la guerra con nuestro vecino del norte, Claudia tendrá que callar e ir a la guerra también, como la fiel escudera que siempre ha sido.