¡El largo viacrucis de AMLO!
Borrego dixit
Salvador Borrego, Ph. D.
La lucha por el poder, opus 2-243
9-1-2022
Aunque sé que los más fervientes seguidores de AMLO me tildarán de mentiroso e hipócrita, lamento profundamente la miserable condición de vida que le toca transitar a AMLO, de aquí a la eternidad.
La implacable realidad está haciendo añicos el paraíso que forjó de fantasías.
Expliquemos primero una cosa, con la débil esperanza de que ahora sí me entienda la intelectualidad política nacional: ¡AMLO no es un presidente fuerte! Lo único que tiene es el “bono de la miseria” y el apoyo marginal de los tercos, los ilusos, los amargados y los nuevos ricos de la 4T.
El bono de la miseria es ese apoyo que registran los gobernantes, de cualquier signo ideológico y de cualquier patología psiquiátrica, en las encuestas de parte de los más pobres.
Son los que están en la base de la pirámide de Abraham Maslow, cuyas motivaciones tienen que ver con cosas muy básicas, de carácter fisiológico, como respirar, comer, ejercitarse sexualmente, etc. Es un grupo muy ajeno al que busca la autorrealización, la parte más alta de la pirámide, donde tenemos como características la moralidad, la aceptación de hechos y la falta de prejuicios, entre otros; la minoría que ya ha resuelto todos los problemas básicos de la vida.
AMLO reina abajo, entre los pobres, es el rey de los pobres, y su popularidad se mantiene en un valor alto, porque los grupos con algún sentido crítico que se han decepcionado, se han ido sustituyendo por los cada vez más pobres que genera el gobierno de AMLO.
Para que se den una idea:
De acuerdo a nuestros datos de la semana pasada, tenemos que 29% de los mexicanos tienen ingresos mensuales abajo de $2,400 pesos; y 35.2% tienen ingresos entre $2,400 y $5,000 pesos mensuales. La suma nos da 64.2%.
¿Qué les recuerda este porcentaje?
¡Por supuesto que la muy cacareada popularidad de AMLO!, que no se debe confundir con fortaleza política, precisamente por el tipo de personas que lo conforman.
Sí apoyan en las encuestas, pero no apoyan en tareas políticas. Así es el bono de la miseria.
Y no nos vayamos con la finta de que ganaron muchas gubernaturas en la elección pasada, pues tal cosa ocurrió por la intromisión del crimen organizado, ante un INE omiso, más preocupado por sobrevivir ante los embates de AMLO.
Aclarado el punto anterior, qué le toca vivir a AMLO:
- Una guerra ideológica totalmente perdida. Quienes cuestionan a la 4T son personalidades del ámbito intelectual, y no son solo de la derecha; desde la izquierda prestigiada también se le cuestiona, coincidiendo en la falta de racionalidad en las decisiones de AMLO y la 4T, por no decir que pendejez. Y quienes defienden a AMLO y la 4T, son puros pájaros nalgones.
- En el tema de salud pública hemos ya superado cinco veces la cifra catastrófica de 60 mil muertos de López-Gatell, el desabasto de medicamentos persiste y mueren niños por cáncer sin haber tenido al menos la esperanza de contar con sus medicamentos.
- La mamada de “abrazos no balazos” ha fracasado estrepitosamente, y todo indica que el crimen organizado está confrontando de fea manera a los gobiernos de Morena; de modo explícito en Zacatecas y Veracruz.
- Ricardo Monreal, todo lo indica, ha cruzado ya la línea de no retorno en su confrontación con la dirigencia de Morena y con el propio AMLO; Marcelo Ebrard camina junto a él, y el cochinero de encuestas que ha usado Morena para imponer a los candidatos que AMLO decide, augura una desbandada de los sectores sensatos de Morena, dejando a AMLO solo con sus pinches locos.
- La inflación llega a valores récord, la inversión productiva se cae, los capitales están en fuga, y ni asomarnos al desmadre educativo.
- Y finalmente, lo más gacho de todo, es que AMLO debe caminar por este triste camino durante casi mil días.
Y para acabarla de amolar, AMLO ya no tiene la opción de la racionalidad. El también cruzó ya la línea del no retorno. Podrá lograr victorias políticas en el futuro, cometiendo cada vez mayores barbaridades, pero a costa de hacer más terrible el infierno que le aguarda.