En México no hay políticos pobres
Es del legendario “profesor-político-empresario” Carlos Hank González, uno de los líderesdel célebre Grupo Atlacomulco, fundado por Isidro Fabela (pregunte usted a Enrique Peña Nieto) la máxima de la grilla mexicana: “Un político pobre, es un pobre político”. O al menos a él se la atribuyen.
Pilar del PRI por décadas, Hank González patentó esa máxima cuando le preguntaron por la humildad con la que se deben de conducir, supuestamente, aquellos con ambiciones de triunfar en el dichoso “servicio público”…
Y aquí es donde le planteo a usted esta pregunta:
¿A cuántos políticos pobres de a de veras conoce?
Lo que es más: ¿cuánt@s candidat@s en las recientes elecciones, prestaron sus lindas caras para recibir tomatazos y qué ganaron con ello?
¿Usted se la cree que bailan con las chorreadas lideresas y reparten el pan sin guantes y sin cubrebocas en las colonias más lumpen nada más porque se los dicta su conciencia?
¿Cuántos ex candidat@s perdedor@s aguantan una auditoría, aunque sea por encimita de los sabuesos bajo el mando de Santiago Nieto Castillo y sus tropas de la Unidad de Inteligencia Financiera?
¿Dije candidatos nada más? ¿Cuántos funcionarios de partido aguantan el mismo estudio?
¿Dije UIF? Nahhh. ¡¡¡Una auditoría de pasantes de contaduría!!!
Antes, allá por los años ochentas y principios de los noventas, a los perdedores se les conformaba con una Suburban…
Ahora los derrotados con lo que se llevan pueden comprarse una flotilla de camionetas como premio de consolación.
¿Qué creía usted? ¿Qué iba a ser gratis sudar la gota gorda y acabarse las suelas de los tenis?
Nadie regala los litros y litros de alcohol y gel para lavarse las manos después de saludar a “tanta gente naca”.
¿Nombres y membretes? Observe entre sus vecinos quién estrena una Land Rover…