Las opciones de nuestros líderes

En mi carrera profesional, tanto en el sector público como en el privado, siempre intento contar con los mejores instrumentos analíticos para tomar decisiones.
La era del “PowerPoint” ha sido atractiva, pero no es del todo provechosa.
Creo que las presentaciones son útiles cuando son cortas y te comunican una idea poderosa en cada una de las filminas.
Pero cuando las retacan de información con letra pequeña y gráficas que son ilegibles, sirven para muy poco.
Creo que uno de los mejores instrumentos sigue siendo un “memorándum para decisión” bien pensado y bien escrito.
Escribir un buen memorándum no es fácil.
El proceso de elaboración ayuda a pensar cuidadosamente y a recabar información útil.
La obligación es presentar, en párrafos cortos y concisos, el problema o asunto que requiere...
- Decisión.
- Antecedentes pertinentes.
- Objetivos concretos de corto y de largo plazos.
- Argumentos.
- Razonamiento.
- Tres opciones -cada una con sus puntos a favor y en contra.
- Recomendación.
- Pasos concretos para la implementación; y
- Plan B en caso de que se encuentre algún obstáculo.
Todo esto debe caber en no más de tres páginas.
Para preparar un memorándum de decisión se requiere un alto grado de honestidad intelectual, conocimiento, imparcialidad y profesionalismo.
Un alto funcionario del gobierno de Estados Unidos decía que le preocupaba que, ante un conflicto internacional, los diplomáticos experimentados eran muy buenos para proponer siempre las mismas tres opciones a su jefe:
- Rendición incondicional.
- Guerra nuclear.
- La que ellos querían.
Así nunca se podría tomar la mejor decisión.
Una vez que se toma una decisión importante, siempre llega el momento de la acción.
La edición de enero-febrero de Harvard Business Review publica un artículo de David Noble y Carol Kauffman sobre “El poder de las opciones”. Siempre tenemos que pensar en cuatro formas de ganar.
Noble y Kauffman escribieron el libro “Real-Time Leadership” (Harvard Business Review Press, 2023) y son “coaches” muy prestigiados que trabajan en la consultoría View Advisors.
Los autores dicen que, al enfrentarse a una crisis o una oportunidad, los líderes a menudo recurren al estilo de liderazgo que les ha funcionado en el pasado. Pero, para ser efectivos, deben superar sus reacciones predeterminadas y generar más opciones sobre cómo responder en tiempo real.
Ofrecen un enfoque, llamado “las cuatro posturas”, para ayudar a los líderes a mejorar su comunicación interpersonal.
A todos nos preocupa que, en su arrogancia, muchos líderes de organizaciones privadas o gubernamentales asumen que ya saben qué hacer ante cualquier crisis o situación. No imaginan que habrá elementos inesperados, obstáculos infranqueables, que requieren los reflejos adecuados.
Confían en su instinto y en lo que ya han probado que les funcionará.
La verdad es que a la hora de los momentos difíciles nunca hay mapas confiables.
Los autores argumentan que “para ser efectivos, los líderes deben superar sus actitudes predeterminadas y generar más opciones sobre cómo actuar en los momentos en que más se les necesita”.
Y añaden: “la capacidad de generar múltiples caminos hacia un destino deseado es crucial para el éxito.
Los grandes líderes generan opciones para que, cuando surja una oportunidad o llegue una crisis, puedan pivotar en tiempo real y hacer el movimiento óptimo”.
Como entrenadores de liderazgo, Noble y Kauffman saben que el éxito de los líderes depende de su capacidad de moverse, es decir, de estar atentos a las prioridades, de generar opciones para que siempre tengan varias formas de ganar, de validar su propio punto de vista y de comprometerse con las partes interesadas para asegurarse de que están con ellos a lo largo del viaje.






