Comandanta suprema y otras aberraciones
Resulta que esta moda de “sustantivizar” cargos públicos provoca verdaderos ridículos linguísticos, que contribuyen a la ignorancia y al desprecio por las formas correctas de expresarnos.
Dice una experta lingüista cubana, sí, de la Cuba que tanto admiran los cuatroteístas: Ileana Domínguez García, que...
“…con la idea de usar el lenguaje inclusivo, cometemos errores que violentan la gramática del español.
Uno de esos errores es colocar el femenino al sufijo -ente.
Vamos a ver por qué: En castellano existen los participios activos derivados de los tiempos verbales. El participio activo del verbo atacar es “atacante”, el de salir es “saliente” y el de cantar es “cantante”. El del verbo ser es ´ente´, que significa ´el que tiene identidad´, ´el que es”.
Por ello cuando queremos nombrar a la persona que denota la capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade la terminación “ente”.
Así, al que preside se le nombra presidente, independiente del género masculino o femenino del que realiza la acción de presidir.
Por tanto, cometemos un error gramatical al adjudicar un femenino que no existe.
No se dice presidenta
Para que se comprenda mejor pondré otros ejemplos:
- Se dice capilla ardiente, nunca ardienta y capilla es femenino.
- Estudiante, no estudianta.
- Independiente, no independienta.
- Paciente, no pacienta.
- Residente, no residenta.
Sería como adjudicar un masculino a palabras que no lo llevan.
Por ejemplo:
- Dentista (dentisto).
- Pediatra (pediatro).
- Paisajista (paisajisto).
- Machista (machisto).
Igual que no decimos estos masculinos no debemos decir aquel femenino
- En todo caso debimos, desde hace mucho, haber tenido un presidento, o un comandanto supremo.
- Debimos haber identificado a los estudiantos de las estudiantas, pacientos y pacientas.
- Las notas periodísticas debieron haber diferenciado a los atacantos de las atacantas.
¿Se aclara este ridículo?
Los mandos militares, por lo tanto, siempre han sido participios activos, en todos los idiomas.
Tenienta, caba, cadeta, son más incongruencias y tonterías de las feministas creadas en la mesa del doctor Frankenstein.
Y no por todo lo expeusto anteriormente se me debe clasificar como misógino; sólo presento argumentos de siglos de cuidado de nuestra sagrada Lengua.
Sí bien, algunos participios activos, como presidenta, ya fueron aceptados por la Academia de la Lengua, como sustantivos, desde hace ya buen tiempo, que esto no sirva de pretexto para seguir martirizando el buen hablar, leer y escribir.