El Color Púrpura - The Color Purple/ EUA, 2023
La nueva versión de El Color Púrpura que estrenó inicialmente en 1985, es ahora una adaptación del musical puesto en escena en el 2015.
Sigue siendo la historia de dos hermanas separadas por un mal destino puesto ante ellas: Celie (Fantasia Barrino) vivirá solo de la fuerza que lleva dentro porque sabe que algún día se reunirá de nuevo con su hermana Nettie, pero en el inter, la mujer vive la peor de la vida a manos de un marido abusivo y encerrada en casa luchando todos los días contra la posibilidad de que ella muera sin que vuelva a ver a su hermana.
A como es dirigida por Blitz Bazawule, el montaje y musical es coloridamente llevada a la pantalla grande con aires de fuerza, música potente y bien llevada cortesía de las actuaciones de Barrino y su Celie y la presencia en pantalla de Taraji P. Henson como Shug Avery, el sueño imposible de Mister (el marido de Celie interpretado por Coleman Domingo), que llega a vivir con ellos.
La historia abarca décadas completas, partiendo de 1907 hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial y a través de tantos años hay por igual muchos cambios y giros a los personajes, comenzando por Celie y culminando en Sofia (Danielle Brooks) que le toca vivir lo peor de la segregación de los blancos.
Hubo un momento allá en 1985, cuando el incipiente y joven director Steven Spielberg la llevó a la pantalla grande, cuando todos señalamos que Spielberg y su adaptación era demasiado fresa. Pero en ese momento la estrella Whooppie Goldberg, Danny Glover y en ese momento la desconocida Oprah Winfrey marcaron un sello en el filme por lo que se vive en el drama.
Lo que fue un gustazo fue ver a Lou Gosset Jr., a sus 87 años de edad, el inolvidable rudo sargento de allá hace 40 años, de Reto al Destino (An Officer and a Gentleman).
Como musical, la versión nueva de El Color Púrpura le pega a lo fresa, evade muchos temas que la película tocó (hay una frase muy fuerte que no se dice cuándo Celie conoce a Shug… asemeja que fue cortada) y en el inter de números musicales el peso dramático se convierte en felicidad grandilocuente.
El caso del despiadado racismo que vive Sophie o el abuso de Celie a manos de Mister, va pasando al olvido y opta, claro, a refrendar que las raíces del pueblo afroamericano deben ser el punto preponderante. Que la unión, que la fraternidad, etc., etc.
La historia está bien montada, bien coreografiada y eso es innegable. Pero la crudeza racista de la novela está ausente, algo muy palpable y que siempre pendía sobre los negros que habitaban el sur de los Estados Unidos.
A pesar de que sí, meten un aire de espiritualidad entre el reverendo (el veterano David Alan Grier) y su hija Shug, la real espiritualidad está ausente y es que Dios a veces coloca ante uno pruebas muy potentes y un camino muy difícil que al final, será debidamente premiado con gran dicha y bendiciones.