El mito de Sísifo y los derrotados
Sísifo tiene una historia nada perfecta, y de ninguna manera impoluta, pero se pueden extraer lecciones de su eterno castigo; como que las contradicciones deben ser vividas, que la razón y sus límites deben ser admitidos, sin esperanzas falsas.
Sin embargo, lo paradójico e irracional no deben ser aceptados nunca, que se requiere una constante confrontación, constante rebeldía, y que podemos enfrentarnos a las derrotas como a muchos tipos de fracasos, frustraciones, pero no debemos aceptar ser, estar derrotados.
Señala Arturo Pérez-Reverte:
“Al final a uno lo derrotan siempre. Creo que la derrota es algo inherente a la condición humana, al hecho de vivir y de pelear”.
La humanidad por medio del método de “ensayo y error” o de contrastar la ilusión con la realidad le ha sido posible, durante milenios, hacer cierta verificación de la experiencia, generar posibilidades de aprender cómo funcionan las cosas.
Y a esto se añade un saber fundamental también milenario, de que hombres y mujeres, al cometer errores y que estos los precipitan a las derrotas.
Iniciamos dando a conocer a los porqués del castigo de Sísifo inicia por los engaños, es un personaje de la mitología griega, fue rey de Corinto y se hizo célebre por sus artimañas sobresalientes y por engañar a la muerte en dos ocasiones.
Era un individuo ambicioso y taimado que engañaba a todo el mundo, incluidos los dioses, para conseguir sus propósitos.
Sísifo vio como Zeus secuestró a la ninfa Agina, hija de Esopo, el dios de los ríos.
Cuando este preguntó por ella, Sísifo le propuso decirle la verdad a cambio de conseguir una fuente de agua potable para su ciudad.
Cuando Zeus se enteró, envió a Tantos para acabar con Sísifo.
Cuando este se encontró con el dios de la muerte no solamente no se asustó, sino que le invitó a comer en el interior de una celda en la que le encerró.
A partir de entonces nadie moría y Hades, el dios del inframundo, pidió explicaciones a Zeus, que envió al dios de la guerra, Ares, para liberar a Tantos y que este llevara a Sísifo al inframundo.
Pero Sísifo había previsto este movimiento y le pidió a su esposa que, tras su muerte, no le rindiera ningún tributo.
Sísifo murió y en el inframundo Sísifo le expuso a Hades que su mujer, no le guardaba honra alguna y le insistió para que le dejara salir del hogar de los muertos, solo para castigar la afrenta.
Hades consintió y Sísifo volvió a la vida y no regresó durante mucho tiempo hasta que finalmente Tantos que lo buscaba lo encontró, pero por las burlas y engaños, Zeus decidió imponerle un castigo ejemplar, que consistía en empujar una roca por una montaña que una vez en la cima se caía y empezar de nuevo de empujar la roca eternamente.
Hacer rodar repetidamente una piedra colina arriba solo para que vuelva a rodar colina abajo una vez que llega a la cima.
Este mito podemos considerarlo como una metáfora de la vida contemporánea que abruma a los seres humanos, tal como a los antiguos titanes, a soportar duras pruebas, a estar dispuestos siempre ha recibir escarmientos y penas de Sísifo a volver a empujar montaña arriba una pesada roca, por toda la eternidad que es o parece ser un sacrificio inútil y constante.
Embriagados del error y la ilusión, pocos políticos conciben el fracaso, ya que este es percibido como un extravío inadmisible pero cuando las derrotas golpean y sacuden directamente el ego de los que se han atrevido a afirmar y dogmatizar que, por tener todo el control posible, todo el saber posible, en fin, todo el poder, una vez que fallan sus dogmas, se hace no solo conveniente sino necesario recurrir a las enseñanzas de Sísifo, que damos a conocer algunas de ellas:
I. PASIVIDAD AUTO PUNITIVA.
De nada sirve el autocastigo si no está acompañado de un enfrentamiento directo a los problemas que originan el conflicto y de establecer propuestas y medidas, que lo solucionen para no caer en un mecanismo de deterioro, que conduce a no hacer nada mientras nos la pasamos reafirmamos las ideas y causas de nuestra culpabilidad.
II. LA VERDAD ESTÁ AHÍ FUERA.
Negarse a ver la realidad.
El símbolo de la teleserie los Expedientes X, era “La verdad está ahí fuera”, era el popular el lema de la teleserie.
Negarse a ver y reconocer la realidad, es lo que les está pasando, esta actitud negacioncita no sirve para resolver nada, simplemente se está aplazando el momento de confrontarse con la realidad, y que del choque que puede ser apasionado y relativamente violento, sobre todo al confrontar las fuerzas opuestas.
III. PROFECÍAS AUTOCUMPLIDAS.
Evitar un excesivo derrotismo que nos aumente los pensamientos autodestructivos que habitualmente se validan a sí mismos, convirtiéndose en profecías autocumplidas.
Actividades y conductas derrotistas que pueden ser la causa, de porque no alcanzas tus metas, no logras avanzar y te sientes atascado en un agujero del que no puedes escapar.
IV. ECHAR LA CULPA A LOS DEMÁS.
Al anterior Partido u Organización, a los anteriores compañeros y desde luego a los perversos y malvados adversarios.
Estamos ante un peligroso razonamiento que nos lleva a la pasividad, apoyándonos en el “para qué, si al final no depende de mí” y que puede conducir a la depresión”.
V. ABRIR LA PUERTA AL TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA.
Este consiste en huir hacia una fantasía personal en la que no existen los conflictos que nos preocupan.
De la realidad en una fantasía personal. mientras la realidad y el conflicto siguen estando presentes, cuando esa fantasía personal se disipe, por la realidad por lo que estamos ante una actitud de respuesta realmente peligrosa y dañina.
VI. INVENTARSE APOLOGÍAS JUSTIFICATIVAS.
Las apologías, razones y excusas justificantes, crean la actitud negacionista, que consiste en la negación de determinadas realidades, hechos históricos o naturales relevantes, actitudes que alivian la carga de responsabilidad, pero evitan desarrollar la creatividad necesaria para buscar una solución innovadora que resuelva el problema, con la oportunidad y congruencia que requiere se afronte el conflicto y mientras tanto se rechazan a todas las personas que intenten ayudar mostrando y dar cuenta de la realidad a se niega.
VII. EL PODER Y LA PERSUASIÓN.
Son herramientas que pueden ser utilizadas para lograr cambios positivos, también tienen un lado oscuro.
El abuso de poder puede llevar a la manipulación, la explotación y la opresión.
Psicológicamente, quienes detentan poder sin restricciones pueden sufrir una distorsión de la realidad, perdiendo de vista las necesidades y derechos de los demás.
En entornos donde se valora excesivamente el poder, las relaciones pueden volverse superficiales y utilitaristas, donde los individuos son valorados solo por su capacidad de ofrecer ventajas o beneficios.
Esto puede generar ambientes de trabajo y sociales tóxicos, donde la confianza y la cooperación son sacrificadas en favor de la competencia y el conflicto.
La percepción de injusticia y la falta de reciprocidad en las relaciones de poder pueden desencadenar conflictos y reducir la cohesión social, llevando a ciclos de resentimiento y antagonismo.
VIII. HUIDA HACIA ADELANTE.
Es una actitud engañosa, porque da la sensación de afrontar el problema, pero se hace aprisa y corriendo con la intención de darlo por resuelto cuanto antes, de forma que esta actitud atropellada hace que se pierda el control de lo que precisamente se intenta resolver.
Los individuos adoptan este comportamiento como forma de evitar que otros puedan ver tu incapacidad para hacer frente a un conflicto, ya que se le ve que ”está haciendo algo”.
IX. INHIBIRSE DE AFECTOS Y PENSAMIENTOS.
La evasión, dispersión, avanzar a la desesperada, inseguro, sin análisis, y lo que es peor, con temor y afrontando, muchísimos riesgos.
Pero en realidad lo que esto quiere decir que «pasamos» del tema, lo dejamos a un lado y lo ignoramos.
Se da con situaciones que no solo nos desagradan, sino que además parece que no somos capaces de resolver.
Pero está claro que evitar el problema no lo resuelve, en absoluto.
X. EL USO, ÚTIL, ADECUADO Y OPORTUNO DEL PODER.
El poder puede definirse como la capacidad de influir en el comportamiento de los demás, modificar circunstancias o conseguir que se hagan cosas que de otro modo no se realizarían.
Esta capacidad de una influencia puede manifestarse de diversas formas: poder económico, poder político, poder social, poder religioso entre otros.
El poder no se limita a la capacidad de imponer decisiones, sino que también incluye la habilidad de persuadir y convencer a otros, una herramienta psicológica poderosa que puede ser utilizada tanto para el bien común como para intereses personales.
El poder implica tener la capacidad no solo de afectar los resultados y las acciones de otros mediante la autoridad directa o recursos, sino también a través de la sutileza de la influencia social, como la habilidad para moldear percepciones y opiniones.
El poder se encuentra en todas las relaciones humanas y se ejerce en diferentes niveles, desde interacciones familiares hasta grandes decisiones.
- La política equivocada conduce a la desilusión y fracaso
- Una política errónea lleva a la falta de esperanza.
- La mala política resulta en una actitud pesimista.
- Una política inadecuada provoca el desánimo.
- La política incorrecta genera una visión negativa
- La política dialéctica de realidades y propuestas es positiva.