El Parnaso yucateco
Visitamos la biblioteca de la Universidad de Yucatán, en cuyos muros figuran retratos de algunos personajes que, a través de sus ideas y acciones, aportaron beneficios pero también perjuicios a nuestro país.
El carácter peninsular y selvático determinó en buena medida el aislamiento de Yucatán, además del secular descuido de los gobiernos en la capital mexicana, lo que causó intentos independentistas, entre otras razones.
Mérida estaba mejor comunicada por la vía marítima con Nueva Orleans que con Ciudad de México, carente de una vía terrestre directa, dependiendo de Veracruz, lo que produjo el aislamiento de fuerzas centrípetas locales de una élite oligárquica, beneficiada por las exportaciones de henequén desde el puerto de Sisal, (nombre como fue conocida la fibra en el mundo) hasta que la sustitución con fibras artificiales acabó con la prosperidad de la llamada Casta Divina, propietaria de los latifundios, y empeoró la miseria de los mayas, una de las razones de la Guerra de Castas, sin ser advertida la crisis por venir.
Oriundo del sureste, el presidente Andrés Manuel López Obrador está consciente de impulsar el desarrollo de la región, indispensable para equilibrar el nivel de vida con el centro y el norte del país, aunque algunos críticos cuestionan la viabilidad económica a largo plazo de algunos proyectos como Dos Bocas.
Ojalá que no se repita una crisis por el uso en declive de la gasolina debido a las energías limpias, como ocurrió con el henequén.
La galería de yucatecos ilustres en la Biblioteca Central de la Universidad de Yucatán incluye a personajes como Andrés Quintana Roo y Lorenzo de Zavala, Antonio Mediz Bolio y José Peón Contreras, Justo Sierra y Francisco Sosa, así como Silvio Zavala, además de otros escritores menos conocidos a nivel nacional.
Mientras el insurgente Quintana Roo firmó el Acta de Independencia de nuestro país, el terrateniente texano Zavala apoyó la independencia de Texas, del cual fue el primer vicepresidente.
El periodista y poeta Mediz Bolio escribió una obra clásica sobre el pueblo maya, La tierra del faisán y el venado, y el dramaturgo Peón Contreras fue tan exitoso en vida que José Martí y Manuel Gutiérrez Nájera encomiaron su obra, en particular La hija del rey.
El abogado Sierra O´Reilly firmó, en representación de Yucatán, el pacto con el gobierno del centro luego de ser derrotada la expedición militar enviada por Santa Anna.
Con motivo de la Guerra de Castas negoció con Estados Unidos la desocupación de la isla del Carmen, invadida por fuerzas estadunidenses en la Guerra de 1848, ante la cual los yucatecos eran neutrales.
El historiador Francisco Sosa fue director de la Biblioteca Nacional.
Murió en 1925 en Coyoacán y en su honor la calle donde estaba su casa lleva ahora su nombre.
El prestigioso historiador Silvio Zavala, distinguido americanista, fue delegado permanente de México ante la Unesco y embajador en Francia.
Autor de una vasta obra sobre la colonización española en América escrita con rigor académico.
Se reproduce el texto publicado en Milenio, con la autorización del autor.