Harris, Trump y el mundo
En EU crece la incertidumbre sobre el resultado de las elecciones, la economía y el futuro de la democracia.
Muchos estadounidenses rechazan por igual a Kamala Harris y a Donald Trump, aunque por diferentes motivos.
Los republicanos estiman que el gobierno Biden-Harris fue poco transparente al ocultar el verdadero estado de salud de Biden y temen sus políticas económicas, principalmente los cambios en el área fiscal.
Consideran que la política económica de Trump será beneficiosa para las empresas. Muchos han comprado la narrativa xenófoba en contra de la migración, sin racionalidad.
Quienes piensan votar por Kamala Harris y los demócratas, creen y expresan que Trump es un narcisista, con rasgos fascistas, una amenaza a la democracia y el futuro de los EU, en suma, un peligro para EU.
Se evidencian en EU transformaciones profundas por los cambios demográficos, la polarización, la desinformación que abona teorías conspirativas.
Como en épocas pasadas es clara la tendencia hacia el aislacionismo y el proteccionismo.
Una nación que se concibe a sí misma como “indispensable” y como la “ciudad que brilla en la colina”, ejemplo de democracias, acude a las urnas distante del mundo.
Uno de los países más afectados será México, en muchas áreas.
Las más evidentes y urgentes en tiempo son las relativas a la cooperación bilateral en seguridad y combate al crimen organizado; migración y frontera; estado de derecho, y comercio e inversión, en particular la revisión del TMEC.
Pero muchos otros serán afectados.
En Canadá se reflexiona sobre cómo proyectar su “indispensabilidad” para EU.
En Europa se preparan para un eventual retorno de Trump a la presidencia y recuerdan la dificultad de la relación con su gobierno.
En particular les preocupa su posición respecto a la OTAN, la guerra de Ucrania y sus vínculos con Vladimir Putin.
En el Medio Oriente, al borde de una guerra regional, Netanyahu y Arabia Saudita estiman que el retorno de Trump les apoyará en su lucha contra Irán, sin importarles si terminan de incendiar la región.
Turquía, mantiene una prudente y silenciosa espera.
China es el competidor que vencer, gane Trump o Harris.
La competencia será brutal en el sector manufacturero y sobre todo, en el de alta tecnología e inteligencia artificial.
En ese contexto, es previsible una guerra comercial en la que serían afectados muchos países, inclusive México.
El apoyo a Taiwán es también bipartidista.
Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda buscan mantener los acuerdos de seguridad negociados con la administración Biden.
Ven con preocupación el posible acercamiento de Trump al líder norcoreano.
América Latina está perdida en la agenda de ambos partidos y candidatos, a excepción del tema migratorio.
- Si gana Trump, la política hacia la región la definirán los cubanoamericanos en Miami.
- Si gana Harris, habría continuidad, centrada en la contención de la migración.