Joden al jodido
Les platico: la Alameda Mariano Escobedo era hace muchos años, un lugar donde las familias regiomontanas paseaban los domingos.
Bueno, también lo hacían el resto de la semana, pero los domingos era aquello una romería muy distinta a la que ahora se ve.
Conforme fueron apareciendo otras opciones más atractivas, la Alameda comenzó a quedarse relegada.
Las autoridades se olvidaron de dicho paseo.
El descuido oficial se apoderó inmisericordemente de ese lugar.
JUEVES DE SALIDA
Los jueves son desde hace mucho tiempo, el lugar donde se refugian las heroicas personas que se dedican al trabajo doméstico.
Esas personas no descansan los domingos, porque los patrones suelen ofrecer fiesta los sábados y eso obliga al "servicio doméstico" a chambear los sábados y los domingos también, pues alguien tiene qué encargarse de preparar las viandas, atender a los invitados limpiar y recoger el desmadre en que queda convertida la casa después del fiestón.
Por añadidura, los patrones les dan salida los jueves tempranito, pero tienen que regresarse el mismo día, pues la vida sigue en la casona los viernes... ¿pos qué creen?
A pesar de los esfuerzos digamos medio organizados del actual régimen, todavía sigue siendo una opción, y no una obligación para los patrones de dichas personas, otorgarles los beneficios de seguridad social.
Tengo una hija que es doctora. Se casó con un austriaco y vive desde hace varios años en Viena.
Me cuenta que en ese país el empleo doméstico prácticamente NO existe.
Está reservado para la realeza y los potentados, y aún estos, no pueden tener trabajando en sus palacios, mansiones y casotas a empleados de la que aquí se denomina "de quedada", porque se arriesgan a ser acusados de esclavizar a dichas personas.
EL "INSS"
Pero en México esa práctica aún no llega -ni llegará, como diría don Teofilito- a pesar de que don Andrés Manuel nos prometió que para diciembre del 2021, el IMSS sería como una especie de sucursal de los servicios médicos que hay en Noruega, Dinamarca y otros países escandinavos.
Por eso desde el año pasado comencé a llamarle irreverentemente al IMSS, "INSS", Instituto Nórdico del Seguro Social.
El tema es que la Alameda, los jueves, se llena de personas que trabajan en las casas. Es su paseo "juevenal", ya no "dominical".
Ese día también se dan cita ahí quienes necesitan tal tipo de apoyo en sus casas, pues van a "seleccionar y reclutar personal": cocineras, mucamas, jardineros, choferes, guardias, niñeras.
Eso ocurre en la Alameda Mariano Escobedo de Monterrey los jueves por ahí de las 10 de la mañana y hasta poco después del mediodía.
Y TODOS LOS DÍAS, SIN EXCEPCIÓN...
...Desde las 6 AM hasta más o menos las 9, la misma Alameda se llena con otro tipo de gente.
Casi todos hombres con mochila al hombro y cachucha, muchísimos de ellos de apariencia y tono de hablar del centro y sur de México, van ahí a buscar chamba de albañiles, jornaleros, maistros de obra, capataces, pintores, enyesadores, carpinteros, plafoneros, plomeros, electricistas, de todas las edades.
Y los que no dominan alguna de esas especialidades, van a ver si alguien los contrata como ayudantes o "de lo que caiga", como me dijo en casi un perfecto español, uno de los miles de haitianos que llegaron a Monterrey y que aquí se quedaron estacionados en su ruta a Estados Unidos.
LOS "MÉNDIGOS CONTRATISTAS"
Estacionan sus camionetas alrededor de la Alameda. Traen cupo para meter como sardinas hasta a 12 o más trabajadores. La mayoría de esos vehículos están medio fregados y fregados y medio, pero el día que me tocó atestiguar dicho fenómeno, vi estacionada ahí a una flamante Cadillac con tres hileras de asientos.
Son los que yo llamo "méndigos contratistas", porque si el mercado paga a $150 el M2 de pintura, ellos ofrecen la mitad y menos.
Si el mercado paga a $2,000 pesos la jornada semanal, estos "méndigos contratistas" se llevan gente de ahí de la Alameda, pagándoles $1,000 o menos y van y los refunden en las obras que traen.
Algunos van por ellos a las 5 de la tarde y los dejan otra vez en la Alameda o en otros puntos de la Ciudad, y al otro día, otra vez y al siguiente, la misma cosa.
MANO DE OBRA ESCLAVIZADA
Es la mano de obra esclavizada que dichos vivales explotan aprovechándose de la gran necesidad que se vive en México.
Son méndigos -estos contratistas- por partida doble, porque su técnica de "reclutamiento y selección" consiste en treparse a una de las bancas de la Alameda y haciendo bocina con sus manos se ponen a gritar: ¡Plomeros!, ¡Electricistas!, ¡Carpinteros!, ¡Yeseros!, ¡Albañiles! y escogen de entre el mar de manos que se alzan, sabrá el Dios de Spinoza basados en que criterios de los que aplican los de Recursos Humanos o ERIAC de las empresas.
No verifican ni madres que los "contratados" tengan las habilidades que dicen sus desesperadas manos alzadas.
Se los llevan a la obra y luego vienen los reclamos de sus clientes, por jales mal hechos y otras desgracias.
Platiqué para este artículo con gente de la Cámara de la Industria de la Construcción y me dicen que de un tiempo para acá, los reclamos por obras mal hechas se han reproducido como gremlins en aguacero.
Este hecho que les platico debe ser una de las razones de ello.
Esos "méndigos contratistas" abandonan a su suerte a sus "trabajadores". No les gestionan ningún tipo de servicio social. No están asegurados por ningún lado.
Y cuando algún cliente encabronado por los retrasos y los trabajos mal hechos les reclama, dejan tirada la obra, se quedan con los adelantos y anticipos "para comprar material" y se van a otra y a otra y a otra...
Estos "méndigos contratistas" van dejando un reguero de clientes encabronados y si uno de sus "empleados" se pone exigente y les pide que les pague un poco más o de perdido completo o a tiempo, los dejan tirados o los amenazan.
PIDEN PISO
Como se ha corrido la voz de esta nociva práctica entre los dueños de obras en construcción, esos "méndigos contratistas" se apersonan en obras de sus competidores y les piden "piso" a los albañiles y demás trabajadores.
"Si no me das la mitad o de jodido la 3a parte de lo que tu patrón te paga, ya te vas despidiendo de la chamba... o de tu salud o de tu vida, cabrón, y cuidadito con que me vayas a denunciar porque ya sé dónde encontrarte (en la Alameda, por supuesto)".
Y en medio de todo este desmadre ¿dónde están las autoridades para poner fin y a buen recaudo a estos infelices?
¿Qué les queda por hacer a los trabajadores explotados y a los clientes defraudados?
Denunciar públicamente semejantes desmanes... como lo están haciendo aquí, con esta publicación.
Claro, sé de clientes más picudos que traen en la mira a varios de estos "méndigos contratistas" y les van a asestar un susto de padre y señor nuestro.
Mientras eso suceda, aquí tienen -amables lectores- una muestra más de lo que sucede en un país jodido por un gobierno -federal, estatal, municipal- que mira nomás hacia las próximas elecciones, y NO hacia las venideras generaciones.
TENGO MÁS DATOS...
...Tengo nombres, apellidos, números de teléfonos, direcciones de sus negocios y de donde viven estos parásitos que abusan del abusado, que joden al más jodido y que encima -algunos de ellos- presumen que son parientes de diputados y que ellos -sus tíos, tías, abuelos o cuñados- los van a defender en caso de que se les venga el mundo encima.
Por lo pronto, si cualquier tipo de autoridad en Monterrey quiere hacer algo por poner remedio a esto que aquí les he narrado, basta con que se den una vueltecita cualquier día de la semana, de 6 a 9AM, a la Alameda y comprobarán que incluso me he quedado corto con lo que aquí comparto. TAN TAN.
CAJÓN DE SASTRE
"Méndigos contratistas hijos de su mal dormir, y hago extensiva tal expresión a las autoridades que los toleran. Pero para eso está la denuncia pública y aquí está lo que arriba se describe", dice la irreverente de mi Gaby, quien me recuerda algo que escuché hace tiempo: "Más peligrosa que una mujer cabrona, es una que ande encabronada". A ti te lo digo, Carlos, entiéndelo tú Gilberto, Gustavo, Javier, Portilla y otros"...