La generación “X”: los triunfadores culturales

Francisco Sepúlveda Cañamar DETONA: “Cuando aprenderán los milenials y la Generación Z a hacer lo mismo que nosotros, los X: tragarnos nuestras frustraciones, y convertirlas en éxitos, o cáncer”: Deadpool.

Me quedó pensando, y veo que mi generación, la Generación “X”, tan vilipendiada y menospreciada, resultó ser, por lo menos en Norteamérica, la gran vencedora cultural.

Y, por algo muy simple: solo pedimos respeto al voto en nuestros respectivos países. Nada más.

Siempre nos criticaron por no tomar ni las calles, ni las armas.

Como lo hicieron nuestros antecesores, la generación de “baby boomers”.

Desde el movimiento “hippie”, hasta las “Panteras negras” en los EUA, o el “Movimiento 23 de septiembre” en México (por no mencionar todos los movimientos guerrilleros en Suramérica); pues: mi generación vio que ni la violencia, ni el existencialismo nihilista, iba a solucionar nuestra problemática social.

Así que decidimos tomar por asalto, pero las universidades y las bibliotecas.

No niego que también tomamos por asalto las discotecas (“antros”) y los bares.

No en balde, tenemos una mayor casuística de cáncer que nuestros padres.

Pero, la violencia, definitivamente, no era lo nuestro.

Y llegamos a los años 2010 y 2020 de este siglo, y vimos que comenzó otro movimiento descivilizador, también, con un existencialismo nihilista, digno heredero de los “hippies”: el movimiento “woke”.

El problema, es que voltearon la vista cuando los políticos que los apoyaban llegaron al poder en una forma muy “sospechosista” (suspicaz) en los EUA.

Pero, previo a eso, ya estábamos padeciendo los estragos que el neoliberalismo provocaba en nuestros bolsillos, y en nuestro nivel de vida.

Y los neoliberales se encargaron de dividir a la clase trabajadora, dándole “preferencia” a minorías y el feminismo.

Pero, cometiendo el error de culpar de todos los males del pasado, a los hombres heterosexuales del presente.

Varones que, en su gran mayoría, no solo pertenecían a la Generación “X”. También, el que hubieran estudiado les había permitido comprender que se tenían que respetar los derechos de las mujeres y de las minorías.

No afirmo que todos los hombres cambiamos. “Cavernícolas”, aún existen (y que me perdonen los cavernícolas, que eran más inclusivos que nuestra civilización actual).

Pero los logros en DDHH fueron posibles por un cambio de mentalidad en muchos, algo impensable hace tan solo escasos 50 años.

Igual, muchos aplicaron el “vive y deja vivir”.

El problema es cuando lo que percibes trabajando no te permite el vivir, y terminas sobreviviendo.

Si a eso le agregas que, al votar, percibes que te realizan fraude electoral (2006 y 2012 en México, 2020 en los EUA), pues: no nos dejaron otra opción que organizarnos en movimientos políticos que empezarán por lo más básico: obligar al estatus quo a respetar la decisión de la mayoría en las elecciones.

Puede sonar como algo muy simple, muy básico.

Pero marcó una diferencia cultural tremenda, que dejará huella por muchos años en la sociedad moderna.

Una verdadera democracia.

Y sí, para la oligarquía, los actuales resultados tanto en México como en los EUA es como vivir en “Mordor Isengard” y; los actuales jefes del poder ejecutivo, tanto en México como en los EUA, es como si estuvieran regidos por Sauron (sobre todo en la Unión americana).

Pero, al final, la generación “X” logramos algo que nuestros padres y nuestros hijos no lograron: una verdadera democracia.

Y tal vez nuestro éxito, repito, fue por principios básicos:

  1. Vivir y dejar vivir, sin querer imponerse a los demás. Solo que, en una democracia, la mayoría manda.
  2. Si no respetan el voto, no es posible que digan que vivimos en una democracia.
  3.  Antes que cualquier minoría, de cualquier tipo, antes que mi género, antes que cualquier otra cosa, soy clase trabajadora. Y, por ende, voy a terminar votando con el bolsillo.

Breve, preciso, y conciso.

Si quieren, fuimos tan egoístas y materialistasque dejamos en claro que somos mayoría, y no queremos que nos impongan agendas ajenas a nuestra idiosincrasia, mucho menos, que afecten nuestros bolsillos.

Pero la diferencia fue el ÉXITO que tuvimos, comparados con la generación que nos antecedió, y con la generación posterior a la nuestra.

Y, para una generación que fue acusada de todo: “abúlica, apática, falta de empatía, etcétera”, ese éxito, nunca podrá ser perdonado por muchos.

Mientras, muchos, solo vamos a seguir disfrutando lo votado.

Porque, como decía Napoleón: “La diferencia entre genialidad y locura, depende del grado de éxito que se obtenga”.

Y creo, que aquí, los vencedores han sido los movimientos “populistas” tanto de México como de los EUA.

Tal vez fuera, porque esa “mayoría silenciosa” que nunca nos dimos a notar, por fin, nos decidimos a hablar.
Francisco Jesús Sepúlveda Cañamar

Médico oftalmólogo. Nacido y criado en Monterrey, N.L (1967). Maestro en ciencias por la UJED. Premio a la productividad científica del IMSS en 2013. Miembro de la Sociedad Mexicana de Oftalmología, y de la Real Sociedad de Medicina de Inglaterra. Miembro fundador de MORENA. Activista político y médico (Movimiento Médico 22 de junio).