La música y su poder transformador
Elton John ha comunicado abiertamente, sobre cómo la música le salvó la vida en momentos de depresión, adicción y baja autoestima, convirtiéndose esta en su refugio y terapia, para superar sus complejos desafíos personales; conociendo también historias similares de otros grandes artistas, como Lady Gaga, Eminem y Demi Lovato, solo por mencionar algunos.
Y es que la música tiene el poder de transformar positivamente a las personas de manera fisiológica, emocional, mental y social; provocando importantes cambios tanto en ellas como en la sociedad.
Recientemente, tuvimos la oportunidad de charlar con Julia Lage, bajista de las bandas Vixen y Smith/ Kotzen, quien es actualmente considerada como una de las mejores instrumentistas dentro de su género.
Interesante, es que ella fue diagnosticada con hiperactividad desde muy pequeña, teniendo qué asistir a diversas terapias y obligándose a estudiar en una escuela especial enfocada en desarrollar habilidades intelectuales y artísticas de manera particular.
Sin embargo, ¿qué habría pasado si la música no hubiera estado presente en su proceso de desarrollo?
Dicho por ella misma: “Seguramente me habría convertido en una niña estresada, miserable y con muchos problemas".
Y es que fisiológicamente, la música es capaz de reducir o aumentar el ritmo cardiaco, disminuir la presión arterial y liberar endorfinas, que a su vez contribuyen a generar una sensación de bienestar y relajación.
Adicionalmente, es capaz de evocar emociones y ayudar a las personas a expresar y procesar diferentes sentimientos.
La música también estimula la mente, mejora la concentración, aumenta la creatividad y facilita el aprendizaje.
Ayuda de esa manera a aliviar el estrés, la ansiedad y la depresión; no sin olvidar, que tiene el poder de unir a las personas, fortalecer lazos sociales y crear comunidad.
Ahora bien, al conocer todo lo que la música puede hacer por una persona y una sociedad, la pregunta obligada sería: ¿Qué están haciendo nuestras autoridades para incorporarla dentro de los planes de estudio de manera obligatoria? Tal y como lo han hecho varios países desarrollados como Suiza.
Por otra parte, si nosotros ya conocemos el poder transformador de la música: ¿Qué estamos esperando para incluirla en nuestra vida diaria?
Y no hablo de solo escucharla, sino de también componerla, ejecutarla y vivirla de una manera proactiva y ejemplar.
¡Volvámonos partícipes de todo lo que la música nos puede brindar!