La patria eres tú
Cuando creímos que en la Navidad iba a infundir sentimientos de paz y fraternidad.
Cuando suponíamos que en el año nuevo pronunciaría mensajes de unión y reconciliación.
Cuando pensábamos que al declinar el periodo sexenal reduciría su estridencia y realmente cedería el mando a su abastonada candidata…
¡Oh, ingenuidad!… continúa actuando como líder de la oposición, no como el presidente de todos los mexicanos que nunca ha querido ser.
Si antes infundía el encono entre los ciudadanos ahora lo exacerba con la mira puesta en las elecciones, resuelto a solidificar la base de simpatizantes y fanáticos como garantía de continuidad.
Ejecuta a discreción, legisla a placer y juzga a su entender todos los días, tres poderes en un sola persona, en la frenética carrera por trascender.
Como candidato opositor exigió con razón al mandatario en turno no intervenir en la elección, ahora como presidente no solo interviene, amenaza y doblega a las instituciones republicanas independientes.
Cortinas de humo. Dice una cosa y hace otra bajo el efecto hipnotizador de sus dichos repetidos hasta el cansancio.
Persigue el monopolio del poder sin contrapesos, en aras del paraíso transformador que en ocasiones se esfuma en arrebatos de frustración.
No importa la ley sino la ley de su palabra. Con eso le basta para gobernar a un auditorio indefenso, cautivo y crédulo.
El concentrado poder presidencial subyuga a ministros, doblega a gobernadores, sujeta a militares, seduce al gran capital, contiene al poderoso vecino y reprime a periodistas críticos.
Castiga a los contumaces opositores con el estruendo matutino de su voz, pero premia a los oportunistas opositores con jugosos puestos y glamorosas embajadas.
Exonera a los corruptos de hoy por ser de los suyos y fustiga a los corruptos de ayer por ser sus rivales. Lo único que valora es el apoyo incondicional en el noble oficio de mandar para servir a los pobres.
Como candidato criticó duramente a los gobiernos anteriores por no respetar los principios constitucionales de política exterior, sin embargo, ahora como titular del Ejecutivo los desdeña, especialmente el de la no intervención en los asuntos internos y el de la autodeterminación de los pueblos.
Así, el presidente de la República electo democráticamente se atreve a recomendar a los mexicanoamericanos no votar por los congresistas republicanos injerencistas pero, al mismo tiempo, cae en el mismo vicio injerencista al criticar a los argentinos por elegir a un mandatario ultraneoliberal y lamentar la derrota de su amigo peronista.
El poder no desgasta como le sucede al común de los mortales, sigue impertérrito, enhiesto, entre el diluvio de críticas a su falta de coherencia y por no resolver los problemas de inseguridad, salud y educación. Todos le hacen lo que el viento a Juárez.
En 2024 no será elegida una candidata, sino el futuro de Morena. Está en juego su lugar en la historia.
Aclamado por sicofantes y envuelto en incienso, el tlatoani asciende día a día cada peldaño de la pirámide, en el anhelo de alcanzar la cúspide del Templo Mayor hasta llegar a la transformación de su carne en bronce.