Los ciudadanos que eligieron a Samuel nada pueden esperar de Samuel
Precisamente, para gobernar, Samuel tiene que aceptar los poderes fácticos económicos, financieros y políticos.
El pragmatismo de Samuel destruye las recomendaciones de Junco.
Está lejos de someter su campaña electoral a una crítica contra el mal llamado pacto fiscal, García estará en los salones de Palacio Nacional y se someterá al presidente Andrés Manuel López Obrador, al menos por un tiempo.
No le queda de otra. A Nuevo León, tampoco.
Tan importante como estar en Palacio Nacional es negociar en lo oscurito con el alcalde de San Nicolás, Zeferino Salgado, y con quien manejará al PRI estos primeros años, Francisco Cienfuegos.
Para avanzar, Samuel requiere negociar, ceder sin conceder.
La nueva política de Nuevo León no es confrontar, es componer.
Y, a veces, recomponer. A Alejandro Junco le gusta la confrontación.
No habrá ahora. Si no hay política de composición, no habrá política.
Samuel se reúne con López Obrador. Bien.
De regreso, Samuel inicia sus reuniones con los poderes fácticos. Mejor.
¿Qué esperan los ciudadanos de Samuel? Que no sea Samuel.