Los galanes no le llenan el ojo a La Muchacha
Borrego dixit
Salvador Borrego Ph. D.
La lucha por el poder, opus 3-103
1-III-2023
Una hermosa película de 1993, “Hechizo del Tiempo”, también conocida como "El Día de la Marmota", debe ser vista, analizada y comprendida por todos los que hoy andan con el sueño de ser candidatos a la presidencia de México.
Es una historia de amor, como es finalmente una historia de amor la que los suspirantes desean tener con nuestra Muchacha.
En la bella historia que nos presenta la referida película, un equipo de una televisora arriba a un pequeño pueblo que tenía la tradición de sacar a una marmota, que dependiendo de su comportamiento indicaba la duración del invierno, si mal no recuerdo.
Entre el grupo referido iba el equipo de producción y el conductor que salía a cuadro, como le dicen a los que aparecen en pantalla. Entre el equipo de producción iba una joven, bella e inteligente mujer (común entre los productores, al menos la inteligencia), y el “artista” que salía a cuadro que era muy mamón (también algo muy común, ja ja, a ver si no me corren), pero con un gran interés por enamorar a la muchacha.
Lo interesante es que, por alguna misteriosa razón, el día previo al de la marmota se repetía una y otra vez, y eso fue aprovechado por el pretendiente para ir detectando los gustos, filias y fobias de la muchacha, para cada día mostrarse ante ella más y más ajustado a su ideal de hombre, hasta que finalmente se enamoró de él.
Pues bien compañeros, los aspirantes a la presidencia, especialmente los de la oposición, se esfuerzan mucho, se afanan por estar lo más posible ante los ojos de nuestra Muchacha; invierten su dinerito en propaganda, en asesores de imagen y algunos hasta traen a algún estratega medio pendejón, pero no invierten en saber los humores fluctuantes de nuestra Muchacha, que es mucho más complicada y cabrona que la de la película.
Dicho de otro modo, invierten en propaganda, pero no en ciencia, para buscar entrar en sintonía con la Muchacha y robarle su corazoncito.
Lo he dicho muchas veces, quien no sepa de amores, nada tiene que hacer en la política, más allá del ridículo.
Así las cosas compañeros. Ojalá que los gallos y gallinas opositores se pongan las pilas y nos encaminemos a una elección competida, en la que, al menos, se consiga que el candidato de Morena se aparte de las locuras de AMLO.