Me mortifica AMLO
Creo firmemente que AMLO, a pesar de su elevada popularidad, empieza a vivir el viacrucis que él mismo se ha forjado.
Escribí un dixit que no publiqué, porque me pareció de mal gusto, y ahora lo incluyo al final de éste, porque considero importante recalcar que las desgracias de AMLO (y de México), siempre fueron previsibles.
Pues bien, esta mañana vimos a un AMLO cuyo rostro evidenciaba que no durmió bien; sus párpados inferiores claramente inflamados, la asimetría de su rostro más marcada, acusando recibo del madrazo recibido justo en la línea de flotación: el reportaje de Carlos Loret de Mola exhibió claros indicios de corrupción en las obras del aeropuerto, que parecieron confirmarse con el decreto de ayer, que escandalizó hasta a seguidores embozados del presidente como Julio Astillero.
Se le complica la vida a AMLO:
- Los gringos ya le endurecieron la pierna
- Sus obras, todo indica, no se terminarán a tiempo
- La violencia criminal está desatada
- La pandemia amenaza con recrudecer
- La inflación en valores récord
- El militarismo cuestionado hasta por los suyos
- Las universidades con movimientos de protesta en gestación
- El crecimiento económico nulo
- Los fantasmas de los niños con cáncer, que lo seguirán hasta después de muerto.
En definitiva, no vive la presidencia que soñó.
A pesar de su popularidad, da la impresión de que ya no quiere queso, sino salir de la ratonera.