México en las colecciones reales de España
Madrid.-
Visité aquí la recién inaugurada Galería de las Colecciones Reales, situada entre el Palacio Real y la Catedral de la Almudena.
El vasto espacio del nuevo recinto exhibe obras de arte que se conservan tras incontables guerras e invasiones a lo largo de cinco siglos.
La variedad y calidad de objetos reunidos en las Colecciones Reales es notable:
- Carrozas.
- Libros.
- Armaduras.
- Pinturas firmadas por maestros como El Greco, Caravaggio, Velázquez o Goya.
El museo aloja piezas resguardadas desde los Reyes Católicos, “herencia cultural y natural recibida a través de sucesivos reinados y dinastías”, tal como lo expresó el rey Felipe VI en su discurso inaugural.
De la época del Nuevo Mundo, “encuentro entre civilizaciones distintas y distantes”, según indica nota informativa de la Galería, destaca la presencia de México.
Pude admirar objetos históricos provenientes del antiguo virreinato de la Nueva España, que coleccionaron los monarcas en varios palacios.
Para mí la pieza más valiosa, ahora en exhibición al público, es el original de la Historia universal de las cosas de la Nueva España, de fray Bernardino de Sahagún, que se conserva en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid.
El manuscrito con dibujos y letra del siglo XVI tiene anotaciones y rúbricas del autor, informa la cartela.
La obra es el resultado final de una serie de encuestas y borradores realizados por el misionero y sus informantes indígenas en el antiguo convento de Tlatelolco a lo largo de varios años.
Incluye los Primeros memoriales, con texto bilingüe, en náhuatl y en castellano, y numerosas ilustraciones a tinta negra y acuarelas de vivos colores que representan temas antropológicos: dioses, sacrificios, calendarios o ritos de los indígenas.
Según la Galería, se puede considerar esta historia una enciclopedia sobre la religión, tradiciones, usos y costumbres relativas a la cultura indígena.
Su autor, el franciscano de origen leonés, nacido en Sahagún, quiso proporcionar a los misioneros un instrumento que los ayudara en su labor de evangelización.
También descubrí un colorido arcón de Michoacán, pintado alrededor de 1600 con la técnica de laca (maque), en buen estado después de 400 años.
Tiene cerradura en forma de águila bicéfala.
Representa escenas de jinetes y pájaros, en colores ocre, naranja, blanco y negro.
Otra de las joyas es la Relación de Michoacán, manuscrito fechado entre 1539 y 1540 con varios tipos de letra en tinta negra, iluminado con 400 ilustraciones a color.
Relata la vieja historia del valeroso pueblo tarasco (purépecha).
Fue escrito muy probablemente por el franciscano Jerónimo de Alcalá a petición del primer virrey, Antonio de Mendoza.
Excepcional oportunidad fue observar una rara mitra, elaborada por manos mexicas en el segundo tercio del siglo XVI en seda y mosaico de plumas de aves tropicales.
Fue depositada en El Escorial en 1574 por Felipe II.
La escena principal representa la resurrección de Jesucristo.
Finalmente, entre las obras maestras hay una de Velázquez que llama la atención por enigmática: un majestuoso caballo blanco ensillado en posición de corbeta (levanta las dos patas delanteras) pero ausente el acostumbrado jinete imperial.