Ramírez De la O representó a AMLO en Colombia y Marcelo se cayó de la nube en que andaba
En junio de 2019 el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y el secretario de la SHCP, Carlos Urzúa, participaron en la Cumbre de Líderes del G20 en Osaka, Japón. El presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que no valía la pena asistir a tal evento y ellos lo representaron: en efecto, Ebrard con gran boato y Urzúa bastante discreto.
De lo que hizo Urzúa se supo poco. El aparato propagandístico de Ebrard, en cambio, se encargó de informarnos que este funcionario había recibido trato de jefe de Estado.
El equipo de comunicación del canciller llegó al extremo de filtrar notas absurdas, como esta de Forbes México: “Ebrard y Trump tienen ‘encuentro amistoso’ en cumbre del G-20″...
...Se vale soñar.
Maestro en el arte de dar y recibir codazos para salir en la foto, Marcelo se coló en la imagen oficial de la cumbre al lado de los líderes mundiales. Aquí la evidencia:
En 2021 Ebrard volvió al G-20, esta vez celebrada en Roma, Italia.
Aunque no lo dejaron estar en la foto oficial en la Fontana di Trevi, el secretario de Relaciones Exteriores se las ingenió para perseguir presidentes y presumir que había dialogado con tan relevantes personalidades.
Joe Biden y Angela Merkel, por ejemplo, le dieron unos segundos a Marcelo y nuestro canciller los aprovechó para intentar convencer a todo México de que, fuera de nuestro país, a él se le ve como extraordinario dirigente de alcances globales.
Ahora, en la XVI Cumbre de la Alianza del Pacífico...
...que se efectuó en la Bahía Málaga en Colombia, la delegación mexicana estuvo integrada por Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda; Tatiana Clouthier, secretaria de Economía, y Marcelo Ebrard, titular de Relaciones Exteriores.
¿Qué fotos dio a conocer Ebrard en su Twitter? Las que se tomó en una librería que el Fondo de Cultura Económica tiene en Colombia.
El que se retrató con los otros presidentes asistentes —porque era el representante personal de AMLO— fue Ramírez de la O.
Qué bajada de humos le dieron al protagónico canciller.
Sí, como Cornelio Reyna, se cayó de la nube que andaba como a veinte mil metros de altura: “Ay compadre: cómo duelen estos golpes; cómo duelen, compadre”.
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