Sampetrinos y el espejo
El escrito de Plácido solo puso un espejo a personajes de la sociedad sampetrina con sátira, imaginación y una aguda crítica a la sociedad de la indiferencia, la hipocresía de las familias bien y recordarles su escarnio a la precarización de los otros, en fin, un esnobismo de buena parte de los sampetrin@s; en todo caso lo que hizo Plácido fue "Quita la máscara" y descubre que:
- Todos los defectos ajenos que nos molestan, de forma casi instintiva, los escondemos a veces muy adentro.
- Hay cierto tipo de desdén instintivo hacia ciertos comportamientos y personas que no nace de la molestia pura, sino de la envidia.
- Cuando nos damos por aludidos por una crítica o seriamente dolidos, es porque esa crítica tiene un fundamento y lo sabemos.
- Muestra la ausencia de una real comunicación, la falta de una activa escucha y la posibilidad de buscar soluciones.
La crisis de la una parte de la sociedad sampetrina, además de ser una crisis del pensamiento y ética humana, es, antes que nada, la consecuencia directa de una forma aberrante, fría e insensible de relación entre las personas entre sí, de ser inhumanos con los diferentes y del actuar contra la naturaleza, implantando una dispersión e involución de los valores éticos y humanos, cuyo resultado no es otra cosa que una confusión mental que tiene como consecuencia la imposibilidad de rescatar o reconquistar el principio de Humanidad y los valores éticos.
Las desilusiones y chascos personales, que en algunos saltan a la vista, y su incapacidad para superarlas, empuja a sus mentalidades a dedicarse al culto de lo "actual", “be in the latest fashion”... en fin, estar a la moda; su obsesión de lo "nuevo", y buscar la evanescencia de las modas y desde luego las políticas.
El poder de lo racional se ha cambiado en poder bruto y se vuelve contra la racionalidad misma; y actúan o viven sin dar derecho a réplica, a cuestionamiento o a crítica, que su forma de vivir ha de transmitirse eternamente, de generación en generación.
Ante un espejo: