Adiós, Asael. 1956 – 2024
Me cayó un balde de agua fría al enterarme de la muerte de mi querido Asael Sepúlveda Martínez.
Para allá vamos todos, pero es muy triste aceptar la noticia, de la noche a la mañana.
“Cuando un amigo se va, se detienen los caminos”
Extrañaré sus llamadas sorpresivas, las calaveras que me hacía el Día de Muertos, su intelectualidad, su bonhomía, su buen humor y, sobre todo, su humor negro. La pasamos bien, de eso se trata la vida.
Recuerdo cuando lo conocí en Televisa Monterrey a mediados de los años noventa; de inmediato nos hicimos amigos.
Con su voz amable y pausada, hablamos de cómo maridar el contenido del programa más emblemático de la televisión local en aquellos ayeres, FORO, con las encuestas de opinión que yo realizaba.
Respetuoso y leal a sus convicciones, Asael fue un hombre comprometido no sólo con el periodismo, también con la democracia, la justicia, la libertad y la igualdad. Erudito de las causas sociales e identificado con la izquierda, cobijó a los desprotegidos siempre que tuvo oportunidad.
Se fue un ser humano bondadoso que luchó por un México más igualitario.