Boletín de Plumas Azules: #05
IV. El PAN por la unidad nacional
En la extensa carta que Ma- nuel Gómez Morin (MGM) escribió a Efraín González Luna (EGL), para ponerlo al tanto de la entrevista sostenida por él y cuatro dirigentes más de Acción Nacional el 21 de mayo de 1942 (no el 22 de ese mes como erróneamente informó La Nación), con el objeto de dar a conocer al presidente de la República, Manuel Ávila Camacho, la postura del PAN con relación a la declaración de guerra contra las potencias del Eje (Alemania-Italia-Japón), que un día después, ahora sí el 22 de mayo, se avizoraba iba a aprobar el Congreso de la Unión, MGM expuso así sus observaciones, comentarios e impresiones en relación con dicha audiencia:
- “Le dijimos [a Ávila Camacho] que cumplíamos una obligación al decirle, antes de que una decisión fuera tomada, no sólo cuál es la opinión pública auténtica sino cuál, según nuestro criterio, la posición que impone la justicia y la dignidad y el interés de México”.
- Menciona que él, MGM, dijo el Presidente “que advertíamos los peligros que se ciernen sobre México; que creíamos, sin embargo, subsistentes las razones contrarias a la guerra; que pensábamos además, en las posibles consecuencias que la guerra traerá consigo”.
- Escribe también que le dijo “que deseábamos para él la luz y la fuerza necesarias en tan grave responsabilidad”.
- “Nuestra impresión fue la de que –escribió MGM en otro pasaje de esa carta– muy pocas gentes le habían hablado (a Ávila Camacho) en contra de la guerra; que ha venido siendo preparado largo tiempo para aceptar una medida extrema; que no dejó de sentir el peso de la opinión contraria y aceptó expresamente que la opinión pública es hostil a la entrada en la guerra”.
- Sin embargo, llamó la atención de Gómez Morin el énfasis con que Ávila Camacho señaló “la necesidad imperiosa de evitar cuanto pudiera dar pretexto a una ocupación”. Una posible interpretación de este pasaje es que el país se vería en el riesgo de ser ocupado de no declarar el estado de guerra a las potencias del Eje.
- En otra parte, MGM escribe que el presidente Ávila Camacho “cree que verdaderamente, se podría dar pretexto de intervención si México no se apresurara a mostrar tanto su esfuerzo de propia defensa, como su deseo de extremar sus reacciones ante una agresión”. Otra vez la insinuación de que nuestro país sería intervenido en el caso de no declarar cuanto antes el estado de guerra. [Las citas están tomadas de Una amistad sin sombras, Correspondencia ente MGM y EGL, tomo I, págs. 554-557, FCE, 2010, énfasis añadidos].
Más explícito, el historiador de Acción Nacional Luis Calderón Vega, da cuenta de esa entrevista con Ávila Camacho, de una comisión del PAN encabezada por su presidente, de la que comenta que “el mismo día pudimos saber hasta el detalle de lo ocurrido en ella”.
Dice Calderón Vega que “expuestos por el Partido los compromisos y peligros que representaría al país una declaración de guerra, el Presidente [Manuel Ávila Camacho] no hizo otra cosa que informarles que, a lo largo de la frontera norte, estaban acuartelados 150 mil hombres de todas las armas americanas y que en caso de mantenernos neutrales, aquéllos estarían en la capital, en 24 horas” (Memorias del PAN, tomo I, pág. 78, Fimax, Morelia, 1967, énfasis añadido).
Enterado de las razones que obligaron a México a declarar el estado de guerra a las potencias del Eje, como en efecto ocurrió en sesión extraordinaria del Congreso de la Unión el 22 de mayo de 1942, de la que apenas cuatro días antes González Luna había opinado que se trataba de “una tonta, indigna y ridícula declaración de guerra” (ob. cit., pág. 550), el PAN, sin embargo, en consideración a la información proporcionada por el presidente Ávila Camacho, estuvo de acuerdo con la decisión tomada.
Oficialmente, el Comité Nacional Ejecutivo del PAN manifestó: “Adoptada por el Gobierno de la República la decisión de declarar el estado de guerra, todos los mexicanos tenemos el deber y el derecho indeclinables de compartir el inmenso esfuerzo común que la grave decisión exige y que es responsabilidad del propio Gobierno organizar y realizar con serena justicia y con prudente y limpia urgencia”. (Boletín de Acción Nacional, núm. 63, correspondiente a junio de 1942).
Sobre bases ciertas acerca de tan grave conflicto y de los riesgos que corría el país, Acción Nacional respaldó la decisión tomada y convocó a la unidad nacional.
En el PAN hay disidencia, debe ser escuchada
Durante años hemos visto como el Partido Acción Nacional ha perdido presencia en el escenario político, alejándose de sus principios y valores, haciendo alianzas electorales, que la ciudadanía ha rechazado, la corrupción, el perverso manipuleo de su padrón electoral para satisfacer los intereses de los padroneros locales han provocado la desilusión y desencanto de millones de simpatizantes.
El domingo pasado 9 de marzo se celebró sesión del Consejo Nacional para atender una serie de puntos agendados en la orden día, destaca la presentación del Plan Estratégico del Partido Acción Nacional, el cual fue enviado a los consejeros unas horas antes, lo cual impidió hacer un análisis objetivo.
Este documento de 38 páginas contiene un amplio diagnóstico en el cual hubo “aportaciones de cientos de personas y de múltiples ejercicios de reflexión.
Están incluidas las ideas del grupo de exgobernadores de Acción Nacional, de la comisión especial para el estudio y propuestas de cambio para el Partido Acción Nacional, del Consejo Nacional, de la Comisión de Planeación, así como los principales resultados del proceso especializado de planeación estratégica, acompañado por el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE), así como el equipo encabezado por Jorge Romero Herrera.
Busca dar respuestas concretas y viables a resolver múltiples problemas que enfrenta Acción Nacional, a fin de recuperar la confianza mayoritaria de los mexicanos.”
En el documento se pueden leer varias “Mea Culpas”, tales como: “el principal problema del PAN no radica en sus principios fundacionales, sino en la desconexión entre lo que se proclama y lo que se practica en el día a día institucional”.
También manifiesta “la pérdida de identidad que ha aquejado al partido en las últimas décadas”, pero abunda todavía más, al decir: “la falta de congruencia entre el discurso y las acciones –donde se evidencian prácticas de clientelismo, designaciones de candidaturas que afectan la credibilidad en la ciudadanía y sus propios militantes”.
El diagnóstico está sobre expuesto y me atrevo a aceptarlo, ya que llega a mencionar temas como: debilidad en la estructura interna; estatutos desactualizados; ausencia de mecanismo de transparencia, democracia para elección de candidatos y dirigentes; procesos de afiliación opacos; la narrativa del PAN es confusa y reactiva; desconexión entre el PAN y la sociedad.
El documento es tan audaz que dice: “sólo a través de una transformación integral, el PAN podrá restablecer su credibilidad y convertirse nuevamente en el instrumento de cambio que la nación requiere”.
Estoy seguro que muchos de mis lectores querrán conocer el texto, para ello me permito compartir la liga:
Cada quien podrá estar o no de acuerdo con su contenido, sin embargo, quiero resaltar que este trabajo tiene dos tremendas fallas.
- En ninguna parte menciona “el cómo” se desarrollará cada uno de los ejes estratégicos, falta un plan cronológico y de evaluación, lo que no se mide, no se corrige.
- No toma en cuenta a la disidencia, partiendo de la premisa que el PAN es un instituto político democrático, donde se da cabida a todas las ideas y propuestas, es decir, no abre un resquicio al debate.