Día Mundial sin Tabaco
Este martes 31 de mayo celebramos de nueva cuenta el “Día Mundial sin Tabaco”, como una nueva oportunidad de seguir reflexionando no sólo del daño que causa el tabaquismo en la población, sino de su correlación con el uso de otras drogas, en una cultura permisiva en la que cada vez existen nuevas sustancias de consumo, la mayoría fabricadas en el laboratorio.
Aunque este día está dedicado a concientizar sobre los daños del tabaquismo en las personas y en el medio ambiente, es también una ocasión propicia para irnos preparando para las jornadas que en junio tendremos en ocasión de que el día 26 conmemoramos el “Día Internacional contra el Tráfico Ilícito y Abuso de Drogas”.
Hemos hablado en diversos foros y escrito en varias publicaciones, la necesidad imperiosa de que todos los niveles de gobierno desarrollen políticas públicas en un compromiso real para hacer frente al consumo de sustancias y a las adicciones, haciendo prevención profesional y con una metodología certera que nos permita atacar los grupos de riesgo, más allá de dar pláticas informativas o de celebrar solamente estas fechas del calendario internacional.
Sobre ese tema hablaremos la próxima semana, en la que revisaremos qué están haciendo el gobierno federal, los estados y los municipios, además de explorar los esfuerzos privados, académicos, de los medios de comunicación, organismos no gubernamentales, centros de atención y todas las instituciones que debemos hacer nuestra la lucha a favor de una sociedad libre drogas y de adicciones.
Por lo pronto, en este día mundial, hablemos de tabaco y repasemos algunas cifras:
Hace un año justamente, se reveló que en México el tabaquismo mata a 63,200 personas anualmente, además de generar un costo de 116 mil millones en ese periodo, destinados a la atención hospitalaria y de los diversos centros de salud donde se atienden sus consecuencias, dentro de las que destacan el EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), el cáncer y afecciones cardiovasculares.
Seguramente las cifras que se actualizarán mostrarán un incremento al ser el tabaquismo una enfermedad que no solo no se detiene, sino que año con año crece exponencialmente al sumarse al mercado los nuevos fumadores que en nuestro país comienzan en una edad promedio de 19 años.
En este sector, el más vulnerable y de mayor riesgo, según cifras de años pasados que seguramente se actualizarán pronto, en el país hay 74 mil menores de 17 años que fuman en promedio 5.8 cigarros al día, mientras que, de los 15 millones de fumadores en México, 684 mil son adolescentes de 12 a 17 años, en tanto que en los jóvenes de 19 a 24 la cantidad se incrementa hasta seis veces, según la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016/17 (ENCODAT 2016-17).
Más allá de las cifras que pueden consultarse en las fuentes oficiales, el tabaco suele ser una de las primeras sustancias de consumo, junto con el alcohol, desde los 12 años, por lo que es URGENTE proteger a la población menor de edad, dado que las medidas implementadas hasta este momento no han sido eficientes, tan solo a juzgar por los números.
Existe evidencia científica que demuestra que a menor edad crece más rápido la adicción, entre otros factores porque el cerebro antes de los 21 años aún está en desarrollo y al ser afectado con el consumo de sustancias, sufre deterioros neurobiológicos que facilitan la dependencia a las drogas, por lo que este segmento poblacional sigue siendo el más vulnerable y donde deben aplicarse estrictas medidas de regulación, restricción y prevención.
Por supuesto en las edades adultas las consecuencias también son impresentables y, pese a las campañas de concientización, el mundo entero sigue siendo consumidor de tabaco y ahora de nicotina en dispositivos, haciéndose daño de una manera inexplicable pese al conocimiento de los riesgos que el fumar representa, sin ningún beneficio a favor.
Más que un día mundial sin fumar, reflexionemos sobre el daño que las drogas, comenzando por la nicotina, están causando a la población, en una sociedad cada vez más permisiva y con una falta enorme de programas que hagan contrapeso para detener su consumo.