El legado del Doctor Jesús Kumate
Ahora que el Senado de la República está entregando el premio in memoriam al mérito “Jesús Kumate” a médicos que han hecho una labor extraordinaria por la Ciencia y por México, escribo el presente ensayo.
Conocí personalmente al Doctor Jesús Kumate Rodríguez cuando un día por la mañana del año 2000, mientras yo cursaba el segundo año de la especialidad de Pediatría en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, me mandaron llamar a la oficina del Director, el Doctor Romeo Rodríguez, donde me estaba esperando el Doctor Kumate.
Al verme, me estrechó la mano en agradecimiento por haber atendido a un niño familiar de él durante su internamiento hospitalario.
Yo no sabía que el niño en cuestión era familiar del Doctor Kumate, ya que no llevaba su apellido; por eso mi trato con él fue el que siempre yo manejé durante los 3 años que duró mi especialidad de Pediatría con todos los niños y niñas que tuve la oportunidad de atender.
El Doctor Jesús Kumate, además de haber sido Secretario de Salud de México, fue un gran escritor que pertenecía al Colegio Nacional; tuve el honor de recibir de sus manos todos sus libros, incluyendo el intitulado: “La Cenicienta y el Ave Fénix”.
Visité varias veces al Doctor Kumate en su oficina, ubicada en el edificio icónico del Seguro Social enfrente de la Estela de Luz, del año 2001 al 2007; platicábamos de temas muy diversos, y siempre, durante más de una hora, su disciplina y metodismo siempre me sorprendieron, herencia de su familia japonesa.
Tengo el honor, también, de tener una carta de recomendación del Doctor Kumate que me otorgó para participar en la convocatoria para trabajar en esa época en el Seguro Social de México.
El Doctor Jesús Kumate dejó este plano terrenal el 7 de mayo del 2018, pero su legado persiste en México con el premio del Senado comentado al inicio del presente ensayo, así como con su nombre en uno de los hospitales más importantes de Cancún, Quintana Roo, y con las enseñanzas que nos dejó a todos los seres humanos que lo conocimos.