El pacto y la coordinación fiscal
Por ello, para aprovechar sus ventajas, respecto al Impuesto sobre Ingresos Mercantiles, cuyas bondades hicieron que siendo el Secretario de Hacienda, David Ibarra, se hizo la propuesta a López Portillo para sustituir el ISIM, por el IVA.
En el Congreso se aprobaron ambos en 1978, sin embargo, un año después lo convoca el presidente y dice al maestro Ibarra, que no le va a entrar a lo del IVA, porque su principal Asesor Económico - Rafael Izquierdo- y el Consejo Coordinador Empresarial, alegaban que iba a ser inflacionario.
Y que en caso de la creación del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, iba a ser “la reforma de David Ibarra, no la del Presidente”, a lo que el maestro contestó con una pregunta, sobre el Decreto de Expropiación Petrolera, cuya redacción fue de Jesús Silva Herzog, con lo que convenció a López Portillo y se aprueban ambos acuerdos.
Al crearse el Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, los estados firmaron un Convenio de Adhesión al mismo, dejando en suspenso los impuestos, que, al no reservarse en exclusiva para el Gobierno Federal, podían usar.
Con el Convenio, recibirían a cambio participaciones de la recaudación de impuestos federales, lo que se empezó a llamar, Recaudación Federal Participable
Lo anterior provocó pereza en la mayor parte de los estados, que preferían recibir las participaciones, que cobrar impuestos, porque “tenían costo político”.
Por supuesto que se han dado excepciones notables. Mejor pedir y cabildear con Hacienda que asumir ese falso costo político.
Por otra parte, se empezó a ver que la distribución de las participaciones provenientes de la recaudación federal, esto es del esfuerzo fiscal de la Federación, era inequitativa, inercial, afectando fundamentalmente a las entidades de menor desarrollo económico y social.
Principalmente las del sur sureste, y particularmente, a Oaxaca, pero también a Chiapas y Guerrero. Estos porque siempre estuvo olvidado el sureste.
Fue cuando siendo Coordinador de la Comisión Permanente electo por los estados, propusimos desde Oaxaca un cambio la fórmula de distribución de participaciones.
No era que nuestros estados no cumplieran su tarea, era porque el modelo de desarrollo apunto a fortalecer al centro norte y la pobreza se concentró en el sur fundamentalmente.
Al conocer que entonces Tabasco tenía un per cápita de 9 a1 en las participaciones, respecto a Oaxaca, planteamos una formula diferente, apoyada por 26 entidades federativas, la cual se aprobó en 1989 y entro en vigor en 1990.
Para ello conté con dos asesores relevantes: Ferdauz Jabdala, economista de la India que trabajó tanto en Oaxaca como antes en Tabasco y José Antonio Ibáñez, un hombre progresista, nacido en Poza Rica, ambos economistas.
El Sistema de Coordinación Fiscal ha mejorado sustancialmente.
Punto relevante es la figura de la Colaboración Administrativa en Materia Fiscal, en el cual las entidades federativas pueden colaborar en algunos aspectos en el esfuerzo recaudatorio de la Federación.
Figura relevante ha sido la Unidad de Coordinación con Entidades Federativas, llegando a tener más de 16 grupos de trabajo con una gran participación de los estados y por supuesto del personal de la propia Secretaria.
El tema fundamental que quiero comentar es el del llamado Pacto Fiscal a partir de lo que señaló el anterior gobernador de Jalisco, pero que en el pasado fue mencionado por tres o cuatro gobernadores.
Y también el tema de la pobre recaudación de la mayor de las entidades, excepto CDMX – la más relevante -, Edomex, Nuevo León, Baja California y Chihuahua, entre algunas cuantas mas. En lo que viene…