El reto económico en México

Innovar es clave, y eso exige ir más allá de digitalizar un negocio.

La economía mexicana cayó 8.5% durante 2020, se perdieron casi un millón de empleos formales y la pobreza se incrementó en casi cuatro millones de personas, de las que 1.8 millones corresponden a la pobreza extrema.

Lo anterior fue derivado fundamentalmente por la contingencia sanitaria, la cual provocó entre otros efectos, el cierre de uno de cada cuatro restaurantes en el país, por mencionar en sector económico; sin embargo, lo cierto es que la desaceleración económica es anterior a la emergencia sanitaria, de hecho en 2019, la economía mexicana tuvo un crecimiento negativo de 0.1%, derivado del cambio de reglas en la participación económica en sectores económicos como el aeronáutico y el energético fundamentalmente.

Ante este entorno, la innovación y digitalización de la economía se han configurado como una alternativa obligada para subsistir y mantener a flote miles de micro y pequeñas empresas, el temor al contagio y las restricciones de contacto o presencia física en los negocios han acelerado la digitalización de la economía.

Por tal motivo, hablar de que la innovación y tecnologización de miles de negocios suena ya como un argumento poco innovador, las restricciones de contacto, la preferencia para desarrollar actividades laborales o de ocio dentro de los hogares han elevado la compra de dispositivos digitales y la contratación de servicios streaming, los cuales no obstante lo anterior, también ya muestran límites y hasta retrocesos en su crecimiento durante el presente año, conforme lo ha reportado recientemente Netflix.

No obstante, es necesario revisar dos aspectos importantes:

Por un lado, la ausencia de políticas públicas que impulsen la digitalización y cobertura de servicios en línea en nuestro país, históricamente, y derivado de la gran cantidad de déficit sociales que tienen nuestro país, la digitalización se antojaba como lujo o un pendiente prescindible, lo que relegó el desarrollo de infraestructura para la ampliación de la política de digitalización.

Sin embargo, la emergencia sanitaria exhibió las ventajas y necesidad de contar con una infraestructura de conectividad robusta y de gran amplitud, lo que ha hecho que este sector pase de un lujo a una necesidad ineludible y necesaria para el desarrollo económico del país.

En este orden de ideas, se inscribe la discusión pública sobre la innovación y desarrollo tecnológico, la que exige ir más allá de la digitalización de los servicios y la distribución de productos.

Innovar hoy día, exige ir más allá de digitalizar un negocio.

De hecho, la digitalización se antoja como una condición necesaria para inscribirse en la economía. Innovar requiere hoy día construir ofertas de productos y mercados para satisfacer necesidades específicas. La sacudida que la contingencia sanitaria nos ha impuesto nos obliga a pensar más allá de la digitalización, innovar requiere hoy día de pensar de nueva cuenta en la detección de necesidades y la oferta para satisfacer estas necesidades de mercado.

Alberto Martínez Romero

Licenciado en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM. Tiene un MBA por la Universidad Tec Milenio y cuenta con dos especialidades, en Mercadotecnia y en periodismo de investigación por el Tec de Monterrey. Tiene diversas diplomaturas en Habilidades Gerenciales por la Universidad Iberoamericana y se ha especializado en Relaciones Públicas y Atención de Crisis en Comunicación. Ha sido reportero y editor en medios como Reforma y El Universal. Fue corresponsal en Centroamérica para Reforma y Notimex. Colaboró en la realización del libro “La Huelga del Fin del Mundo”, de Hortensia Moreno y Carlos Amador, primer libro que se escribió sobre la huelga estudiantil de 10 meses en la UNAM en 1999.