El tiempo como que se arrastra en Bustamante
Les platico que al escribir este artículo siento como si estuviera haciendo uno de los "Reportajes de Alvarado", recordando a ese popular y entrañable programa de la televisión norestense.
Resulta que antier fuimos y ayer nos regresamos de Bustamante, el bien llamado jardín de NL.
Nos hospedamos en la casa del Cronista de ese pueblo mágico, nuestro amigo Carlos Gómez, y la razón de tal brevedad fue que nuestro también amigo Ricardo Marcos, presidente de CONARTE, nos invitó hoy a la noche a la ópera en vivo "Rita o El", de Donizetti, de la cual les platicaré mañana, si el Dios de Spinoza no dispone otra cosa.
Bustamente está a 84 kilómetros al norte de Monterrey, rumbo a Colombia, en una carretera angosta y medio sinuosa que nos obliga a pasar por las terregosas calles de San Nicolás y más aún, de Escobedo.
Bordeamos el entronque a Salinas Victoria y de ahí rumbo a Villaldama, hasta que pocos kilómetros adelante está la desviación rumbo a la sierra que conduce a Bustamante, la de sus grutas, la del Ojo de Agua, la del delicioso pan en forma de semitas, molletes, y polcas.
La de sus Museos de las Cosas Simples y el de la Memoria Viva.
La de su cabrito al horno y su fritada.
Bustamante, la de la iglesita del Señor de Tlaxcala y la que en esta pandémica época se ve muy sola. Quizá también por los 38oC a la sombra de la canícula que ya se está yendo.
Carlos es un excelente anfitrión y nos organizó una audición con la orquesta infantil de Bustamante, que dirige el maestro Jesús Tinoco y que ensaya en el Centro Holístico Mundo Sustentable.
Bustamante es el oasis de la región. Uno se adentra en la calma de sus calles de arquitectura típica y -en serio- se siente como si el tiempo no pasara.
Los conquistadores españoles trajeron a unas 30 familias tlaxcaltecas para trabajar en las minas, y esos migrantes dieron forma y color al pueblo y legaron a sus descendientes al “Señor de Tlaxcala”.
Por eso, Bustamante es la última chispa de herencia tlaxcalteca.
CAJÓN DE SASTRE
"Vamos a volver, con más tiempo", dice la irreverente de mi Gaby.