¿Cómo mueren los políticos? Igual que los mosquitos: entre aplausos. Episodio I
Les platico la primera. ¿Arre? ¡Arre!
Los toros
No me gustan las corridas de toros, pero les sé.
Como sucede con casi todo lo que me desagrada: lo estudio para saber cómo criticarlo, cuando se ofrezca.
Me gusta pegar el oído al riel para intuir qué tan lejos viene el tren, y mientras más cerca estoy del tren, más información tengo de él.
El día que conocí a Cayetana Alvarez de Toledo supe de la última vez que fue a una corrida de toros, en la plaza de Granada, en la España de los nuevos refugiados mexicanos, porque antes, durante el gobierno del Tata Lázaro, fue al revés: México fue refugio de los españoles.
En la plática apareció de pronto el tema: cuando los toros se sienten heridos durante la corrida, buscan refugio en las tablas.
Lo mismo hacen los toreros, solo que ellos sí cuentan con un burladero y los toros no.
Pero ambos, toros y toreros, al sentirse heridos o amenazados, buscan las tablas de las que están hechos los redondeles.
La semana pasada, en un escenario diferente, yo mismo busqué las tablas al sentirme amenazado.
Al salir de un desayuno el día último del año, se me acercó un tipo cuando me distraje al tomar una llamada, antes de abordar mi auto.
Sin mover las manos -siempre las tuvo a su espalda- sin elevar el tono de voz y sonriendo incluso, me soltó una sarta de insultos del más grueso calibre.
Cuando observó que voltee a ver mi celular, me dijo: "ni se te ocurra, porque sería lo último que harías en tu vida".
No me tocó ni se inclinó hacia mí más allá del medio metro que hubo desde el principio entre los dos.
Entre todo lo que me dijo, mencionó a López Obrador; se declaró fiel seguidor de él y así, después de a lo mucho tres minutos, se subió a un auto sin placas que lo esperaba, con una mujer al volante. Y se fueron.
Ni tiempo me dio de recitar lo que digo en estos casos: "¿me quieres fregar? Bueno, pues ten la bondad de formarte en la fila, porque adelante de ti hay otros que traen las mismas intenciones".
Al revisar las cámaras del lugar, lo más que me dijo el responsable de seguridad fue que solo aparecía la imagen de dos personas platicando "amigablemente". No más.
Y como el auto en que se fue no traía placas, fin de la historia.
Esta anécdota ocurrió en un centro comercial de la colonia Del Valle, en San Pedro Garza García.
Después de eso, tras pasar el aturdimiento del momento, igual que los toros y los toreros, busqué las tablas.
Primero, solo con mis más cercanos y ahora, con ustedes, porque el horno no está para bollos.
Se los platico hoy como sucede en la pausa de la merienda, que se da entre el tercero y cuarto toro de las corridas.
Vamos a divertirnos
De pronto, este mundo en que vivimos hiede a virus, pero no de enfermedad, sino de humanidad.
La especie humana da muestras cada vez más de querer acabar con el planeta.
Para divertirnos, de pronto nos faltan cómplices.
"Tú y yo somos la resistencia", me dan ganas de decir de pronto.
Se me ocurrió esta frase hace unos días, cuando salí a la calle, que comenzaba a adormecerse en la tibieza de una primavera fuera de tiempo, pues eran los estertores del año viejo.
El Sol se movía lentamente hacia el poniente, mientras una afilada Luna luchaba por abrirse paso entre la luz que le arrebataba su brillantez desde el oriente.
Cuando la ciudad y el país donde uno vive nos colman el plato, dan ganas de largarse dando un buen portazo.
A veces, el pueblo quiere que pasen ciertas cosas, sobre todo cuando un villano les inspira simpatía.
Políticos venidos a más -siendo que valen menos- cuando se aparecen fuera de tiempo, inspiran miedo y esto es deleznable.
¿Qué hay dentro de las cabezas de esos narcisistas que se atreven a hacer lo que están haciendo?, me pregunto en un país donde nada ni nadie es sagrado, excepto la Virgen.
Con estos políticos estamos en la cuerda floja, y sus cegados seguidores son inclementes y despiadados contra sus críticos.
Los más babas, inocentes y chambones, a lo mucho que llegan es a censurar y borrar mensajes que critican a su santo ex presidente.
No llegan a más, pero otros, como el del día último del año, parecen estar entrenados para otras cosas...
No tenemos que estar así ni aquí hasta el final.
Dicen que cuando uno va a morir, la vida le pasa toda por delante en minutos.
Esto sucede en el País con los actuales gobernantes, que personifican la mezquindad que todos llevamos dentro. A lo mejor por eso ganaron tan arrolladoramente.
El pueblo está viendo de un tirón todos los capítulos y temporadas de una serie, donde ni los guionistas saben cómo va a terminar la cosa.
Se ve tan indefenso el País, que dan ganas de adoptarlo.
Es execrable, pero nos gusta odiar a quienes gobiernan obsesionados por el poder.
Muchos son medio litro de leche y moralmente miserables, pero les damos alpiste del bueno y caro para seguir oyéndolos cantar día y noche desde sus jaulas, que palaciegas y todo, no dejan de ser jaulas.
Cuando esos gobernantes nos muestran las vergüenzas de uno mismo, nos da rabia, pero ahí los tenemos, jugando a gobernar, convertidos por voluntad arrolladoramente popular en seres dotados de tal carga peyorativa, que terminan por ser amados.
El voluntariado popular los hizo presidentes, gobernadores, legisladores, alcaldes y se suceden los unos a los otros por lealtad, no por capacidad.
Son vegetarianos que no comen carne, pero con sus decisiones populistas, matan gente. Son sicarios del sistema.
Una cosa era vivir al límite y otra muy distinta estar al borde del abismo.
No dormir o sudar un poquito es emocionante, pero despertar bañado en sudor es otra cosa.
Cajón de Sastre:
- Mis abuelos tenían una tienda muy grande y decidieron venderla porque no hubo más remedio. Si no la vendían, se las quitaban los revolucionarios.
- Habían vivido en un país donde un mago con un movimiento de sus manos desapareció la pobreza y la enfermedad; hizo un gesto y acabó con la injusticia y la corrupción; uno más, y esfumó el crimen.
- Lo malo es que luego apareció un político que desapareció al mago.
- No alcanzaron a ver que el político moriría más tarde como mueren los mosquitos: entre aplausos.
- Mañana, en un plácido domingo, les platicaré el Episodio II de esta miniserie.
- Y el lunes, Día de Reyes, cambio completo de programa, sin faltar el Incomparable Iván y toda la Compañía.
El autor en otros medios nacionales y extranjeros:
https://www.sdpnoticias.com/autor/placido-garza/
https://muckrack.com/placido-garza
https://qoshe.com/yazar/pl-cido-garza/2695060
https://vanguardia.com.mx/autor/-/meta/placido-garza-irreverente