¿En qué se parecen Xóchitl y Wendy?
¿Qué tienen en común Xóchitl Gálvez y Wendy Guevara?
Ambas picaron piedra en sus respectivos entornos, con niveles de aceptación moderados, pero sin ningún éxito arrasador. De la noche a la mañana, las dos saltaron a la fama.
- ¿Qué detonó ese salto cuántico?
- ¿Qué vieron los mexicanos en Xóchitl, la política, y Wendy, la influencer?
- ¿Cómo se convirtieron en personajes tan populares repentinamente?
Si ambas son figuras controvertidas, ¿por qué conectaron con amplios segmentos de población?
Elemental, mi querido Watson, las dos enchufan con un México hambriento de empatía.
Nadie esperaba que Xóchitl subiera como la espuma al punto de poner a temblar a sus adversarios, o que Wendy impactara positivamente a la comunidad LGBT y más allá.
Aparentemente, dos mundos distantes nada tienen en común.
Sin embargo, Xóchitl y Wendy guardan similitudes.
Una y otra vienen de abajo, hablan con humildad, con un lenguaje rústico, alejado de los formalismos y la retórica.
Ellas son fuente de inspiración para mucha gente y, para otros, los moralistas, son personajes despreciables.
Ambas tienen habilidades sociales y sentido de cooperación; son estrategas naturales, empáticas, disruptivas y resilientes, lo que las convierte en líderes potenciales.
Las diferencias entre ellas no son menores.
Una se enfrenta con valentía a un régimen todopoderoso que, dicho sea de paso, pretende desaforarla para sacarla de la jugada.
La otra, atrevida, pícara y cachonda, visibilizó al “monstruo” que la liga de la decencia, la vela perpetua y las rodillas ensangrentadas no pueden ver ni en pintura.
¿Será que estas dos figuras son fenómenos dignos de análisis psicosociológico, Xóchitl apostando por la mujer en posiciones de poder y Wendy defendiendo cualquier posición de la sexualidad?