Gobierno autoritario = pueblo sumiso, dejado y obediente
Les platico: ¿nos quejamos del gobierno autoritario de AMLO? Pues eso nos pasa por ser más facilitos que la Singer.
La idea de un gobierno federal cada vez más fuerte se contrapone a los más modernos esquemas de democracia en el mundo, donde la subsidiariedad y los liderazgos locales son los motores de la economía y de los fenómenos sociales.
Contrario a la mayoría de los analistas, yo le doy importancia, primero, a los resultados en la elección de alcaldes, porque de ahí depende que comencemos las cosas éstas de la democracia de abajo para arriba y no al revés como muchos suponen.
Los gobiernos municipales mejor administrados en la historia de México -y San Pedro Garza García, NL- lo fue una vez- son aquellos donde se ha logrado implantar el modelo de menos federación y más estado; menos estado y más municipio y menos municipio y más ciudadanía para la toma de decisiones.
Miguel Treviño le dio en la madre a este modelo de democracia
Que la llegada del alcalde Miguel Treviño le haya dado en la madre a este modelo de democracia desde sus bases, es un accidente del destino, y que si él consigue reelegirse, será otro accidente, pero ya no del destino, sino de la gente que cree en un modelo donde el gobierno resuelve y el pueblo pide y espera la solución, sin participación.
A la pregunta que la gente me hace de qué espero para México, mi respuesta -y por ende, la de DETONA- es que el ciudadano haga todo lo que pueda y lo que no, que se lo deje al municipio y a su vez, lo que el municipio no pueda ejecutar, que lo haga el estado y lo que este tampoco, pues ahí sí, que le entre la federación.
LOS SEPARATISTAS
Este principio que me ha tocado exponer en foros antes y durante la pandemia, echa por tierra los afanes separatistas de quienes ven a Nuevo León y a otros estados, separados del pacto fiscal.
No le hace que esté vigente desde los tiempos de López Portillo; seguramente necesita una actualización que revise la equidad del reparto de las contribuciones, pero de ahí a decir que cualquier entidad -por poderosa que sea su economía- merece separarse del resto de México, es un cuento de hadas propio de los más ilusos y alucinados.
Por eso creo que ahí se vuelve coja y frágil la propuesta de Samuel García, el candidato que se dice puntero en la contienda por la gubernatura de Nuevo León.
Por más tesis que le haya dedicado al tema de la equidad fiscal en sus doctorados en leyes y cosas fiscales, Samuel la riega feo si sigue insistiendo en desbaratar el esquema de las participaciones que reciben los estados por parte de la federación.
LOS SUPREMACISTAS
Y me voy a explicar: cualquier énfasis propagandístico en campañas y fuera de ellas, donde se pretenda presentar a los habitantes de cierta región del País por encima de otros en cuanto a productividad, rentabilidad y otros factores, es caer en el supremacismo que tiene todos los tintes para convertirse en algo que se repudia y repele de origen.
Puede haber supremacismo racial, religioso, ideológico, económico y hasta político.
Quien caiga en esos esquemas por ignorancia, ingenuidad o con premeditada alevosía buscando votos o simpatías, no es digno de cualquier cargo público al cual aspire.
Resumen: cualquier gobierno que se aleje de la ciudadanía es antidemocrático.
CAJÓN DE SASTRE
“Así que, entiéndalo el buen entendedor”, dice la irreverente de mi Gaby.