La caída
Se perdió la magia.
De ese grado es la caída de López Obrador y Morena.
La soberbia del presidente le hizo pensar que era intocable.
Por eso no leyó los números de la realidad:
- Las encuestas le daban aprobación, pero su piso se ha venido reblandeciendo mes con mes.
En los temas concretos de su gestión (obras públicas, salud, economía, seguridad) el respaldo ciudadano baja consistentemente.
Su arrogancia le impide corregir y enderezar el rumbo.
La incompetencia de un gabinete mediocre emerge con toda su fuerza, pero también las limitaciones de preparación, temple y altura de miras del presidente.
A las banalidades de slogans que han perdido su gracia -abrazos, no balazos; fúchila, guácala; pórtense bien; está raro el descarrilamiento del Tren Maya- le sigue un comportamiento errático que abre dudas sobre si el compartimiento oficial es simple torpeza o inaceptable complicidad.
Bajo la ola de indignación se percibe el golpe brutal de una onda telúrica devastadora: la de una economía detenida.
- Más de $10 mil millones retirados de sus Afores por personas que perdieron su empleo.
- 22 estados en recesión (Fuente: INEGI).
- Déficit en la generación de puestos de trabajo.
Como era de esperarse, la corrección no sólo no llegó.
- El régimen se radicalizó.
- Canceló el seguro popular.
- Reprimió a ex policías federales.
- Jugó la carta racial en perjuicio de una mayoría aplastante de adultos mayores.
- Orquestó un fraude para apoderarse de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
La arrogancia y la incompetencia terminarán de hundir al presidente, a su gobierno y a México.
Millones de mexicanos piensan que López Obrador perdió el control de los asuntos del País.
No se ha dado cuenta, pero una lectura sosegada de los números debería alertarle de que el descrédito ya golpeó -y seguirá- al único activo que tenía su lamentable administración: su credibilidad personal.
Pese a que mantiene un bono de apoyo popular, no hará sino seguir desgastándolo
- El presidente no escucha.
- No atiende a las señales de los mercados.
- Desestima los signos de irritación en Estados Unidos.
- Estira la liga con las fuerzas armadas.
- Minimiza los signos de descontento aún dentro de Morena.