México malparado en Hong Kong

Agustín Gutiérrez Canet DETONA: El decomiso en Hong Kong de una tonelada de metanfetamina valuada en 82 millones de dólares procedente de México, llamó la atención por hallarse en costales impresos con el nombre de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex).
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El decomiso en Hong Kong de una tonelada de metanfetamina por un valor de 82 millones de dólares procedente de México llamó especialmente la atención por hallarse en costales impresos con el nombre de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex).

El organismo gubernamental está ligado al desfalco de más de 15 mil millones de pesos, escandaloso no solo por el monto exorbitante sino por la persistente impunidad de los presuntos responsables.

El reciente decomiso de la droga mexicana camuflajeada en conchas marinas revela varios aspectos que ameritan algunas observaciones.

Uno:

No se puede culpar a Segalmex del alijo de metanfetamina por el hecho de haberse encontrado en costales con la leyenda Gobierno de México pero sí debería de aclararse de qué bodega provienen dichos sacos y quién es el proveedor.

Si son auténticos quiere decir que fueron robados de algún almacén de Segalmex o vendidos o extraídos por empleados del proveedor quienes deben ser puestos a disposición de las autoridades.

Pero sería como meter a la cárcel al que roba una gallina y dejar impune a los presuntos responsables del mega desfalco, el doble de la “Estafa Maestra”, unos 7 mil millones de pesos, en el gobierno de Peña Nieto.

Dos:

Es cada vez más notorio que México es uno de los principales productores y exportadores de metanfetamina hacia el Lejano Oriente, mientras que el flujo de precursores para elaborar fentanilo ingresa a México procedente de China para su transformación y posterior envío a Estados Unidos.

La Marina debe esforzarse por detectar entradas y salidas de los alijos en ambos sentidos como autoridad aduanal de facto en puertos mexicanos.

El 23 de octubre de 2022 también en Hong Kong fueron incautadas un millón 900 mil toneladas de metanfetamina líquida (el polvo fácilmente se puede disolver en agua) por un valor de 140 millones de dólares que se encontraba escondida en cartones de agua de coco procedente de México.

Tres:

Hay una lección básica, fundamental, para lograr el éxito en diplomacia: el sigilo.

Las notas diplomáticas siempre deben transmitirse de manera confidencial a gobiernos extranjeros y una vez recibida la respuesta favorable, se da a conocer al público.

Justo lo contrario hizo nuestro Presidente.

En una conferencia de prensa, sin esperar respuesta, López Obrador hizo público el envío de una carta dirigida a su homólogo chino, Xi Jinping, misiva que quizá aún no habría leído, pidiéndole colaborar en el control del embarque de fentanilo de China a México, lo cual mereció una tajante negativa del gobierno asiático.

Ahora el mandatario chino, bajo el principio de reciprocidad, podría enviar una carta similar, pública, a su colega mexicano indagando sobre la metanfetamina procedente de México.

Tampoco fortaleció la presencia de México en el mundo, el no haber tenido a un canciller respetable y dedicado de tiempo completo a cumplir con su responsabilidad de asesorar al Presidente, temeroso de contrariarlo por su ambición, ahora frustrada, de ser candidato presidencial de Morena.

Para contribuir eficazmente a frenar el narcotráfico este-oeste y norte-sur, México podría convocar a una conferencia de las autoridades correspondientes de China, Hong Kong, Australia, Japón, Laos, Myanmar, Tailandia y de otros países asiáticos junto con las de Estados Unidos, Colombia, Perú y Ecuador, entre otros, ante el expansionismo inter y transcontinental del crimen organizado transnacional.

DETONA este artículo publicado por Milenio, con autorización de su autor.
Agustín Gutiérrez Canet

Periodista y Embajador de México en retiro. Licenciado en comunicación por la Universidad Iberoamericana. Diplomático de carrera, representó a México como embajador en Rumania (2013-2016), en Finlandia, concurrente en Estonia (2008-2013) y en Irlanda (1995-1996). Fue cónsul general en Hong Kong y en Macao (1991-1995), ministro y jefe de cancillería en España (1989-1991), consejero en Italia (1985-1986) y representante alterno ante la FAO en Roma (1986-1987). En la Secretaría de Relaciones Exteriores fue director general de Comunicación Social (1982- 1985) y subdirector general de Prensa Extranjera (1980-1982). De 2003 a 2005 fue coordinador de Información Internacional en la Presidencia de la República y director del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana (1998-2002).