Muchos lo hacen, pero ellos más...
Les platico:
Primero: les deseo lo mejor y más para este año nuevo -bisiesto -por cierto- que hoy iniciamos a tambor batiente, "noliace" que algunos a éstas horas sigan inconscientes por haberse puesto cuetes con tanto cuete.
Segundo: muchos lectores creyeron que mi artículo de ayer era la 1a parte y hoy están esperando la 2a sobre el chispeante tema de los sampetrinos que son más híper lactantes que becerros recién nacidos.
A uno que otro le respondí diciéndole que el tema aguanta no para dos, sino para tres, cuatro o más episodios pero como no quiero abusar de su nivel de tolerancia, aquí les va a 2a y última parte.
Por el amor del Dios de Spinoza, no me pidan una 3a.
A quienes lo hagan les voy a regalar boleto solo de ida por Mexicana de Aviación a Palenque, Chiapas, próximo destino de la Aerolínea del Bienestar. Específicamente al rancho de López Obrador.
Entonces, va mi última entrega sobre los sampetrinos y lo que caracteriza a muchos de ellos:
- Apenas ponen un pie fuera del cínico ejido donde viven y saturan sus redes sociales con fotos de los lugares a donde viajan.
- Y ahí los tienen:
- Jodiéndoles el lomo a pobres camellos a los que se trepan durante su viaje a Qatar.
- Esquiando en Aspen, Vail, en el Alpino Chipinque.
- Al pie de elefantes, jirafas e hipopótamos a los que van a asesinar al África.
- En tanga durante sus vacaciones en Bora Bora y en la Isla.
- Brindando en el crucero o jugando en el casino del barco.
- A algun@s les he preguntado por qué publican eso y dan respuestas nimias, donde la más frecuente es "porque me da la regalada gana, porque mi vida es mi vida". No pues eso sí, así ni cómo ganarles.
- Cuando conocen a alguien fortuitamente, lo primero que le preguntan es cuál es su Código Postal. Así catalogan a la gente...
- Publican fotos de sus parejas, de sus papás, de sus hijos, de sus nietos, diciéndoles que los aman con pasión, locura y frenesí; que se mueren por ellos, y otra vez la pregunta: ¿por qué lo hacen en público y no en privado? A la audiencia de las redes ¿en qué le hace bien saber todo eso?
- Es como si quisieran que sus contactos y otros curiosos malhoras -que ni amigos son- sepan que son capaces de amar, de viajar.
- Por el Dios de Spinoza, si alguien hace público lo que por definición es pri-va-do, corre el riesgo de someterse al innecesario, despiadado y vacuo escrutinio de la vecindad, y -créanme- el 5o patio de San Pedro Garza García está peor en eso que cualquiera de La Bondojo, la San Rafael o de Tepito. En fin, allá ell@s.
- Se muere un famoso de cualquier disciplina y ahí los tienen, publicando fotos que se tomaron con dicha celebridad como si hubieran sido los grandes amigos.
- Se encuentran a otro famoso en la Central de Autobuses y ahí van, a pedirle una selfie y decirle que lo admiran por su alta calidad humana y que tienen todos sus discos y que van a todos sus conciertos.
- Aparentan un valor cívico, ciudadano y político que solo existe en sus arengas, proclamas y apolillados mensajes con los que saturan chats, whatsapps y redes sociales.
- Cuando se divorcia, lo primero que hacen es ponerse a dieta, hacer ejercicio y comer saludable, porque el mercado lo demanda. Ja, si lo hubieran hecho antes no se hubieran divorciado.
- Se atreven a dar consejos sobre vidas maritales sanas, siendo que son un verdadero desmadre en ese... y en otros departamentos.
- Les nace un hijo y en vez de ponerle el nombre del santo que trajo en el santoral y en el calendario, buscan entre los apelativos de la realeza regia y les ponen así.
- Nada de Refugio, Petra, Petronila, Austreberto, Perfecto, Plutarco, Eduviges. ¡No señor! Bienvenidos a este mundo sean Balbina, Roberta, Santiago, Diego, Rodrigo, Gabriel o Gabriela, son los apelativos elegidos. Son los chic, lo chido, lo nice, lo de moda.
- En este sentido, los más híper lactantes tienen a tres hijos varones y les ponen el mismo nombre de ellos. ¡A los tres! Claro, le disimulan poniéndoles un primer nombre X, donde toman en cuenta a la esposa, pero con el segundo, se friegan y los friegan. ¡Ándenle!, a llamarse como ellos; quién les manda haber nacido de semejante padre.
- Pobres crías, que apenas pueden, desaparecen de sus registros el primer nombre y hasta el apellido de su progenitor.
- Bien hecho, pues, ¿qué culpa tienen ellos del ego y los complejos de su apá?
-
Cajón de sastre:
- Pongamos en nuestra cabeza al año 2024, no en el corazón ni en el estómago.
- Háganme caso, yo sé lo que les digo.
- Porque por andar poniendo al 2018 en las tripas y en el pecho ya ven lo que nos sucedió en estos cinco años.
- Mañana, cambio completo de programa, sin faltar el Incomparable Iván.
PUBLICACIONES RECIENTES DEL AUTOR EN OTROS MEDIOS NACIONALES Y EXTRANJEROS:
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https://vanguardia.com.mx/autor/-/meta/placido-garza-irreverente-