Palabras y hechos que emocionen
Un interés reavivado por las emociones y las percepciones, como elementos centrales de la consecución del poder, hoy se abre pasos agigantados y vertiginosos no solo en la narrativa y comunicación de la política por el poder, no solo en América sino en todo el mundo.
El análisis y estudio abordan el papel de las emociones y de las percepciones en el lenguaje y la narrativa política y sus consecuencias e impactos en la política y electoral.
Sus estudios atestiguan y prueban que conocer y comprender bien la percepción y decisión final del elector respecto a la narrativa y lenguaje del discurso político es tan de decisorio y determinante o más que el contenido de las propuestas.
Poner el acento en la recepción emocional y no solo en la emisión propuestas políticas e involucra nuevos métodos, nuevas ideas, prácticas y desde luego nuevos desafíos.
La política de la oposición está cimentada entre la vanidad ideológica, torpeza cognitiva y la prepotencia programática.
Obsesionados en tener la razón, en el argumento concluyente o la propuesta necesaria, asisten desde hace ya varias elecciones, incrédulos, sorprendidos, atónitos y con disminución: de su actividad, de las funciones intelectuales, acompañada de falta de reacción.
En fin, de estupor ante las derrotas, frente a adversarios que han hecho de la simplicidad, del radicalismo y de la claridad de la espontaneidad emocional, sus virtudes y fortalezas electorales.
Y si quieren seguir siendo actores importantes en la escena política, deben comprometerse a empezar a cuestionarse desde dentro de organismos y de sus integrantes, porque no perciben ni entienden cómo siendo “mejores” y teniendo propuestas: económicas y sociales más viables y superiores, se preguntan azorados, como los electores no se rinden a su oferta con el voto masivo.
El orgullo herido es el que bloquea la autocrítica, por lo que hay que empezar a dar vuelta a la página repleta de errores, sin dejar de aprender de ellos, para iniciar un proceso de reflexión, critica y autocritica que de nuevas formas de lucha por el poder.
Los renovadores de la lucha por el poder están sorprendidos descubriendo que han abandonado la tierra de lo emocional (valores, sentimientos, emociones, en fin, lo que está en la mente de las personas…) y han sido negligentes y descuidados en el conocimiento de la percepción ciudadana.
Y otros lo están ocupando: los que utilizan mejor las narrativas, emociones, palabras y los gestos.
No se juzga a los políticos solamente por sus palabras y sus promesas, sino que su aspecto y su temple también juegan un papel decisivo.
Un gesto fuera de lugar, una risita nerviosa en un momento de infortunio o un comportamiento huidizo en situación de peligro son el camino que suele dinamitar la confianza de los ciudadanos, solo ilustrativos y no abarcan la gran cantidad de sucesos son el camino que suele dinamitar la confianza de los electores.