Pisa y la nueva escuela mexicana
Durante esta semana, fueron publicados los resultados de la evaluación PISA, que es un instrumento que califica el desempeño de los sistemas educativos de las naciones que conforman la OCDE, los resultados para México son desastrosos.
México es la nación que no solamente ocupa el último lugar en desempeño escolar, sino que mostró la peor caída en desarrollo de habilidades matemáticas y de compresión de lectura entre las naciones, posterior a la contingencia sanitaria.
La evaluación muestra el desastre educativo en este país, las críticas realizadas son más que merecidas, durante la pandemia, el sistema educativo no pudo establecer una política que contuviera y redujera el impacto del encierro y minimizara la complejidad de las clases a distancia.
Tanto el sector público, como el sector privado mostraron un desempeño muy pobre, de hecho ya evaluaciones anteriores y la prueba Enlace habían mostrado que la brecha educativa entre las escuelas privadas y públicas no es significativa, de hecho en resiliencia, las escuelas públicas salieron mejor evaluadas que las privadas, lo cual pone de manifiesto que muchas de estas escuelas antes que ofrecer significativas mejoras, su funcionamiento y objetivo en el mejor de los casos es ser eficientes guarderías.
En este sentido es importante destacar que el nivel económico más alto, que teóricamente presenta evaluaciones más altas en estas pruebas, presenta un desempeño similar a los estratos económicos más bajos de Vietnam, de ese tamaño es el desastre educativo.
Las criticas y desestimaciones no se han hecho esperar, en ambos casos son erróneas dichas posiciones, ya que casi la totalidad de las críticas responsabilizan al proyecto denominado Nueva escuela mexicana, el cual comenzó sus funciones en fechas recientes; por lo cual las críticas no deberían enfocarse en este proyecto, principalmente porque solamente tienen meses aplicándose en las escuelas de nuestro país y estas evaluaciones se centran en los planes de estudio vigentes hasta julio de 2023.
No obstante es importante señalar que la llamada Nueva escuela mexicana no es la solución y tampoco se configura como la política adecuada para revertir estos resultados, por el contrario, los contenidos mostrados en dicho proyecto, reducen el desarrollo de habilidades cognitivas, fundamentales para el desarrollo profesionalizante de las personas.
En este sentido, antes que una esperanza, el proyecto de la Nueva escuela mexicana perfila el desarrollo educativo de una generación que encontrará dificultades para insertarse en el mercado laboral de forma productiva e innovadora, por lo que el camino de la educación como una herramienta para la movilidad social esta cercenado y antes que aliviar el proyecto educativo actual promete profundizar estas diferencias.