Pobre México…
Desde hace más de tres años, denuncié en varias columnas cómo fue doblegado por Estados Unidos el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, quien en representación del presidente Andrés Manuel López Obrador, negoció y aceptó el control militar del flujo migratorio, a cambio de nada, pues Donald Trump jamás entregó un dólar de la ayuda solicitada por México.
Las denuncias -que algunos confundieron como algo personal cuando se trata de un asunto nacional de primordial interés-, merecieron la apatía del Senado, encargado de analizar la política exterior, motivaron numerosos ataques anónimos en las redes sociales, causaron varias réplicas oficiosas de columnistas afines a la cancillería, así como el envío de diversas cartas de voceros dirigidas a MILENIO.
Toda la estrategia desinformativa de Ebrard se desmorona con el paso del tiempo.
Nuevas revelaciones surgen por parte de altos ex funcionarios estadunidenses, participantes en las negociaciones con el canciller mexicano, que comprueban el daño causado a México por haber cedido, sin ningún beneficio a la nación, la implantación del programa Quédate en México, aun antes de la amenaza de imponer aranceles a productos mexicanos.
Jared Kushner, asesor especial y yerno de Trump, acaba de revelar en su libro de memorias, en un adelanto obtenido por el periodista José Díaz Briseño en Washington, detalles de la reunión con el presidente López Obrador en una cena, en la casa del copresidente de Televisa, Bernardo Gómez, el 19 de marzo de 2019, sobre las represalias de Trump:
Sobre la misma reunión, así fue como informó el presidente López Obrador (La Jornada, 21 de marzo de 2019):
(Como lo advertimos en aquel entonces, EU nunca aceptó ningún programa bilateral ni multimillonarias inversiones), luego de los alardes de Trump por haber doblegado al gobierno mexicano.
“Después de eso Marcelo Ebrard me miró y me dijo: ‘¡Señor: sería un honor tener 28 mil soldados en la frontera! ¡Sería un honor tener Quédate en México!’”.
Kushner narró así la burla grotesca, el 10 de septiembre de 2019, al cumplirse los 90 días de la negociación secreta, en la Sala Oval de la Casa Blanca, cuando Trump advirtió a Ebrard sobre una supuesta invasión a México:
“Ebrard estaba estupefacto. Pero cuando me vio reírme del chiste, esbozó una sonrisa y se relajó”.
En cambio, esto fue lo que declaró Ebrard a la prensa mexicana, poco después de la burla de Trump:
“Fue bastante amable, positivo, agradecido con México”.
Así se escribe la historia: dudosos éxitos diplomáticos, según el lado mexicano; vergonzantes humillaciones nacionales, según el otro.
Pobre México...
Se reproduce el texto publicado en Milenio, con la autorización del autor.