¿Por qué carambas no invertimos en Educación y Cultura?

Si se busca una verdadera transformación, es necesario que no sólo se invierta de manera sustancial en educación y cultura, sino que se haga de forma efectiva y eficiente.

Por lo general, cuando se habla de cultura en México, la gente la interpreta como si se tratara sólo del rescate a las tradiciones y del fomento a las artes. Esto, debido a que en nuestro país siempre ha sido subestimada y rara vez vista, como base para el desarrollo social.

Adicionalmente, en el tema educativo también tenemos muchas áreas de oportunidad, ya que comúnmente, este enfrenta un gasto público insuficiente, que a su vez crea desigualdad en su acceso y ejercicio, al igual que resultados de muy baja calidad.

La UNESCO indica que los países en vías de desarrollo deben invertir un 8% de su Producto Interno Bruto (PIB) en educación.

México invierte poco más del 6%, pero, aunque está cerca del promedio de los países que conforman la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), no se aplica de manera adecuada como para que se refleje en beneficios evidentes. Esto queda claro en las múltiples carencias del sistema educativo actual y en el bajo desempeño de los estudiantes mexicanos en pruebas internacionales de evaluación.

Por otro lado, en México se invierte poco más del 0.1% del PIB en cultura, cifra muy por debajo de países europeos como Dinamarca y Francia, que invierten cerca del 1.8% y 1.5% respectivamente; incluso países como Colombia, Chile y Panamá destinan a ese rubro un mayor porcentaje que México.

A nivel mundial ha quedado ya muy claro que si se busca una verdadera transformación, es necesario que no sólo se invierta de manera sustancial en educación y cultura, sino que se haga de forma efectiva y eficiente, algo que en nuestro país todavía no hemos logrado comprender.

Mientras otros países latinoamericanos se enfocan en mejorar las condiciones educativas, en aumentar el acceso a las aulas y en disminuir la brecha que existe entre la educación pública y la privada; en México seguimos sin contar con planes que las mejoren de manera sostenible.

También, mientras otros países apuestan por la cultura para su crecimiento, desarrollando estrategias de creación de identidad, planes de impulso cultural, de equipamiento a espacios culturales y programas de formación artística; en México, simplemente la excluimos de nuestras prioridades cada vez que se asignan presupuestos.   

Ciertamente, la historia ha demostrado en muchos otros países, que la inversión en educación y cultura arroja excelentes resultados a mediano-largo plazo y que invertir en ellas no sólo desarrolla al ser humano, sino, también, impulsa al crecimiento económico.

Entonces, ¿por qué carambas no invertir en ellas?
Roberto Garza

Empresario cultural  y director general de la revista ARTE Cultura y Sociedad.  Actualmente promueve el crecimiento de las artes plásticas, participando en diversos proyectos autosustentables y de impulso a los jóvenes creadores.  Como músico y productor, ha colaborado en el lanzamiento de diversos artistas, al igual que realizado diseño sonoro para diferentes filmes.  Participa también como editor, columnista e invitado para diversos medios de comunicación.