Quitando alfileres
El país está en medio de una incertidumbre grave
- Existen temores fundados de que el rumbo de la República está extraviado.
- Que las políticas públicas de este sexenio están desorientadas.
- Que el gabinete no está a la altura de los desafíos de la nación y que no existe la serenidad y templanza para rectificar.
La realidad, terca, termina siempre por imponerse a los discursos, a los decretos o a los deseos.
Tan solo en seis meses de 2019 salieron de México $160 mil millones.
La tendencia se aceleró conforme avanzó el sexenio.
Los tenedores de bonos no siempre saben:
- Olfatean.
- Intuyen.
- Se van.
La desconfianza, en economía, mata
Esta se origina en la falta de consistencia.
El discurso va por un lado y las acciones por otro.
La falta de congruencia del gobierno, y en particular del Presidente, alertan a los mercados.
La intención confesa de refundar al país, de iniciar un ciclo histórico, no se corresponde con la designación de funcionarios de baja calidad.
La centralización creciente del poder demanda rodearse no de los mejores, sino de mediocres, pero sumisos
De ahí que la destrucción de la administración pública sea sumamente acelerada y alarmante.
Las renuncias y el caos son registrados puntualmente por los inversionistas.
El resultado es el desplome de la actividad económica, en especial la del sector industrial, en donde la industria de la construcción, por ejemplo, tuvo un temible descenso de 9% en un solo año.
De ahí la destrucción del empleo: miles y miles de plazas perdidas.
Digámoslo claro: este rumbo no es sostenible
- No es posible que el gobierno tenga menos ingresos y gaste más.
- La recaudación se ha mermado por la falta de crecimiento, la precaria generación de empleo y exenciones en el norte del país.
- Ahora se reduce la contribución de Pemex.
- Todo el presupuesto se basaba en un crecimiento superior a 2%
- No llega ni a la mitad.
Cuando uno gana menos, debe gastar menos. Pero no
- Al Presidente de la República le urge regalar dinero.
- Le urge inyectar recursos a Pemex.
- Seguir con su capricho de la refinería Dos Bocas.
- Con el Tren Maya.
- Con el AIFA.
La situación no es peor, porque, a fin de cuentas, nos ha sonreído la fortuna: la economía norteamericana se mantiene andando.
El dólar está débil (no tanto es que el peso esté fuerte)
- Las tasas en el mundo están bajando y por ello se han metido al mercado mundial más de 10 billones de dólares.
- Las guerras en varias partes del mundo han favorecido a las exportaciones nacionales.
Pero eso no durará mucho con la aparición de eventos complejos:
- La baja en la calificación de Pemex y luego del país.
- La trabazón del T-MEC.
- Los estragos sobre el sector turístico de la nueva política.