Sexenio de AMLO será el segundo peor en desempeño económico desde 1934
Después de que el sexenio de Enrique Peña Nieto concluyera con un crecimiento económico promedio anual de 2.4% real en su sexenio, para López Obrador su periodo debería terminar, cuando menos, con un 4% de crecimiento promedio real en la economía, cerrando su mandato con un crecimiento cercano al 6% real, según una de sus tantas promesas incumplidas.
Sin embargo, la terca realidad económica se negó a ser dócil a los deseos del mandatario, y este sexenio terminará con un crecimiento real promedio anual por abajo del 1%
Un 58% menos del crecimiento económico que se tuvo con Peña Nieto en el sexenio anterior, y 62% inferior al promedio de crecimiento económico real obtenido en los últimos 5 sexenios “neo-liberales” de 2.65%
Y revisando las estadísticas disponibles del crecimiento del PIB en nuestro País, durante el sexenio de Miguel de la Madrid, el crecimiento promedio de la economía fue de solo 0.1% debido al terremoto de 1985 y a una nueva caída en el precio del petróleo.
Y aún más atrás, nos tenemos que ir hasta el sexenio de Lázaro Cárdenas, de 1934 a 1940, para encontrar otro sexenio con un crecimiento real promedio de la economía inferior al que registrará la presente administración.
Es decir...
...el sexenio de AMLO será el segundo peor en crecimiento de la economía desde 1934
Ahora, en términos de PIB por habitante, el desempeño es aún peor, ya que López concluirá su mandato entregando un resultado negativo en términos del PIB per cápita.
Esto significa que el valor a precios de mercado, de los bienes y servicios que produce el País, será inferior al que recibió esta administración, marcando, sin lugar a dudas, un retroceso que no se veía en seis sexenios.
Y si hay la tentación de atribuir este pobre desempeño económico sexenal a la crisis económica que introdujo la pandemia del Covid 19, baste recordar que con Zedillo se tuvo “el error de diciembre” al inicio de su sexenio, con un manejo desastroso de la crisis devaluatoria.
Mientras que Calderón tuvo que lidiar con la crisis financiera global de 2009, posterior a la quiebra de Lehman Brothers, el quinto más grande banco de inversión en los EUA, ocurrida en septiembre de 2008, sin que se registraran crecimientos sexenales promedio tan malos, como en esta administración.
El gran error de esta administración, ha sido querer repartir dádivas crecientes a la población, sin preocuparse por que la economía creciera y generara más empleos productivos y más fuentes de riqueza, y de seguir este curso de acción, finalizarán repartiendo la pobreza.
En el caso de la construcción de vivienda de interés social, no solo se eliminó el apoyo a los adquirentes de este tipo de vivienda económica, sino que también se eliminaron los créditos puente a los constructores, que facilitaban el desarrollo de esta actividad, por lo que la caída en la construcción de viviendas de interés social supera el 60% durante la presente administración.
Se eliminaron también todos los apoyos a los productores del campo, porque la ideología de este tipo de gobernantes, de manera errónea, califica a los empresarios como gente rica y pudiente, que tienen recursos más que suficientes para invertirlos y piensan que lucran de manera indebida con los apoyos gubernamentales, producto de una visión distorsionada de una “lucha de clases” que solo existe en sus mentes, y lo único que consiguen es dañar y desmantelar la economía.
Como lo he externado en notas anteriores, me es muy difícil entender como la mayoría de los votantes parece ajeno al rumbo que va tomando la economía.
Y sobre todo a las acciones que ya han anunciado para eliminar todos los contrapesos y los organismos autónomos que actualmente presentan un frente opositor al poder ejecutivo federal, así como conseguir el control de jueces y magistrados, para tener un dominio absoluto de los tres poderes de la Nación.
Si bien en gobiernos anteriores gobernados por el PRI, el ejecutivo federal en turno tuvo mayoría calificada en el Congreso, los gobernantes eran personas preparadas, sensatas y equilibradas, que no usaban el poder para afectar y debilitar al sector privado, ni para privar de libertades y garantías a la población, como todo hace pensar que transitaremos hacia ese destino.
Y quizás el único contrapeso real y efectivo que podamos tener, serán las instancias internacionales, que puedan frenar los excesos de estos gobiernos populistas.
Finalmente, no creo que a Estados Unidos le convenga tener una “Venezuela” en su inmensa frontera al sur del Río Bravo, y tome medidas antes de que haya consecuencias.