Un raspado de dignidad
Panamá.-
Les platico:
Sin ponernos de acuerdo, coincidí en este tema con el artículo de mi amigo Agustín Gutiérrez Canet, de amplia experiencia como diplomático de carrera y hoy en feliz retiro, al igual que su esposa, mi también amiga Martha Bárcena, Embajadora Eminente que lo fue de México en Estados Unidos.
Pues ayer mismo Andrés Manuel tuvo su 3a ocurrencia en detrimento de las relaciones entre ambos países.
En gira por Chetumal, Quintana Roo, anunció que enviará al Senado su propuesta para que el papá de los actores Bruno, Odiseo y Demián Bichir -Alejandro- y tío de Martí Batres, sea el próximo embajador en las tierras del Canal.
La canciller panameña, Erika Mouynes, espetó en febrero pasado el error diplomático del presidente mexicano al dar por hecho que Pedro Salmerón sería embajador en este país, sin contar primero con el protocolario beneplácito del gobierno aludido.
En consecuencia, AMLO dio marcha atrás y en su lugar propuso a Jesusa, quien tras un inusual largo periodo de tiempo, obtuvo el visto bueno de Panamá, que fue concedido acá a regañadientes.
¿Por qué?
En mi columna de ayer destaqué que la ex senadora suplente de Morena, se autodefine como una entusiasta consumidora de mariguana junto a su esposa, la argentina Liliana Felipe.
También escribí que en Panamá, donde me encuentro tras mi salida de Perú, critican acremente a Marcelo Ebrard por su deshilachada gestión como canciller mexicano.
YA MERO LO ANUNCIA EN PANAMÁ
Chetumal está a menos de una hora en avión de Panamá, de ahí que acá se diga que hasta en eso el presidente le dio una raspada a las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Durante mi visita a la provincia de Veraguas, cerca de la frontera panameña con Costa Rica, lo menos que hubo entre los empresarios y políticos con quienes me reuní, fue extrañeza, al saber que López Obrador quiere enviarles como embajador a un actor.
“Habiendo tanto diplomático con largos años de carrera en el servicio exterior mexicano, primero un acosador sexual, luego una farandulera y ahora un actor?”, así me preguntó un allegado al ex presidente Juan Carlos Varela.
A los postres de la cena que tuvo lugar en Santiago, la capital de Veraguas, uno de los capitanes de la industria panameña, de apellido Alemán, me preguntó sarcásticamente:
“¿Pues qué le hicimos los panameños a tu presidente para que nos trate de esta manera?”
Otro del “clan”, como se llama acá a la cúpula empresarial, apellidado Carrizo, fue más allá al apuntar como otro agravio el hecho de que AMLO pretende hacerle la competencia al Canal de Panamá, con el alucinado y costoso proyecto del tren transístmico para mover carga entre Salina Cruz, Oaxaca y Coatzacoalcos, Veracruz.
Digo, seguramente los panameños están “muuuuy preocupados” ante esa intentona de la 4T, con el Canal rompiendo todos los récords de ingresos por concepto del peaje que pagan los buques que lo cruzan entre el Atlántico y el Pacífico.
En fin, como se verá, el gobierno mexicano sigue dando de qué hablar -y muy mal, por cierto- en el concierto internacional.
CAJÓN DE SASTRE
“Los raspaos -así, sin la ‘d’- son muy comunes acá en Panamá. Pues uno de esos, con sabor a dignidad, le hace mucha falta al gobierno mexicano en materia de diplomacia”, remata la irreverente de mi Gaby.