Abogada apócrifa podría presidir la SCJN
Mi BigData obtuvo los documentos originales de su "tesis" y la de Edgar Ulises Báez.
A pesar de que Yasmín asegura haber escrito la suya en el 1985, en la página 85 del documento se refiere a "la crisis económica actual, año de 1987" (sic).
O sea, ¿escribió su tesis en 1985 y se refiere a una crisis económica "actual" de 1987?
Con redacción idéntica, en la página 93 de su tesis, el autor original, Edgar Ulises Báez, cita "la crisis económica actual, año de 1986", (sic), con todo y ese error gramatical.
El solo contraste de ambas páginas revela lo burdo del plagio cometido por Yasmín, pues copió textualmente incluso el error en redacción de Edgar: "la crisis económica actual, año de 1987", y solo le cambió el año: 1987.
Portada, índices y gráficos de las dos tesis son exactamente iguales y para desvirtuar el argumento de Yasmín de que ella fue copiada por Edgar Ulises, ahí está la evidencia de las fechas de la "crisis económica actual".
- Yasmín se copió. Punto.
- Yasmín plagió una tesis para hacer la suya. Punto.
- Yasmín no usó como referencia la tesis de Edgar Ulises, pues no lo citó bibliográficamente en ninguna de las páginas de su presentación. Punto.
- Los 40 años de ejercicio legal "inmaculado", de lo cual presume, carecen de valor profesional porque ejerció -y lo sigue haciendo- con un título que obtuvo mediante vil plagio. Punto.
Sabiendo cómo se las gasta López Obrador en eso de preferir y privilegiar la lealtad por encima de la capacidad en sus esbirros, colaboradores, lacayos, cómplices y serviles colaboradores:
- No debería sorprendernos que apoye a una "abogada apócrifa".
- No debería sorprendernos que todo el poder de su gobierno esté enfocado en tratar de desacreditar a Edgar Ulises, tildándolo casi de delincuente.
- No debería sorprendernos si el mentado Edgar Ulises de pronto aparece en una de las mañaneras para confesar que fue él quien plagió la tesis de Yasmín.
- No debería sorprendernos que le embutan a Edgar Ulises, descomunal chayote para tratar de acallar las críticas y el descrédito que semejante babosada provoca en México y que le da la vuelta al mundo para vergüenza de los mexicanos bien nacidos.
- No debería sorprendernos que los emBOLAdos que se embolsaron dinero del erario a cambio de construirles casas, casitas y casotas a panistas y priyistas corruptos, hoy se rasguen sus raídas garras, casi muriéndose y matando por AMLO y por su Morena.
- No debería sorprendernos que las focas aplaudidoras del régimen defiendan a Yasmín con esquizofrénicos textos, copiados a otros.
Ahora me queda claro por qué Andrés Manuel pelea tanto por hacerse del control de las universidades públicas.
Prestigio de la UNAM en riesgo.
Si sus autoridades se prestan al jueguito perverso urdido desde el Palacio Nacional y le dan la razón a Yasmín en su desenfrenado intento por presidir a la SCJN, la UNAM le estará faltando el respeto a cientos de miles de sus egresados que se partieron la madre elaborando las tesis de sus carreras profesionales.
El daño que semejante barbaridad provocaría al prestigio de la máxima casa de estudios de México sería histórico.
Prestarse a los primitivos instintos de poder de López Obrador y de los invidentes -aunque presuman ser "oftalmólogos"- que le siguen la corriente, provocaría un daño irreversible al ya de por sí degradado proceso de la educación pública en México.
Y miren que no va a ser fácil quitarle ese "crédito" a los ineptos e improvisados que han sido titulares de la SEP en este sexenio.
Esteban Moctezuma Barragán, Delfina Gómez y Leticia Ramírez Amaya, juntos y por separado, mandaron al rancho de Palenque a la educación pública de México.
Han sido mucho más nocivos que el COVID-19 y cien pandemias juntas.
A todo eso se arriesga la UNAM.
CAJÓN DEL SASTRE PANAMEÑO
"Pobre México con todo lo que está ocurriendo. López Obrador y sus secuaces se están burlando arteramente de los mexicanos, de la ley y de la separación de poderes, que con este gobierno ya pasó a mejor vida... y promete estar peor... si nos dejamos", remata la irreverente de mi Gaby.