Alfonso Reyes en la 'Revista de Occidente'
Madrid.
En la Feria del libro antiguo y de ocasión, en el madrileño Paseo de Recoletos, adquirí el número fundacional de la Revista de Occidente, dirigida por José Ortega y Gasset, en el cual escribió nuestro Alfonso Reyes.
El ejemplar número uno,fechado julio de 1923, fue el punto de partida de un viaje que ahora cumple un siglo:
Así lo escribió su director en los propósitos de la Revista, cuya inicial incertidumbre sería hoy motivo de satisfacción del filósofo.
Después de las interrupciones por la Guerra Civil y por el filial relevo generacional de Ortega en la dirección, resulta relevante para el mundo intelectual el centenario de la fundación de la Revista de Occidente, proeza editorial del pensamiento y la cultura en castellano, que llega a buen puerto, ahora bajo el timón de Fernando R. Lafuente, ex director del Instituto Cervantes, dispuesto a seguir el viaje.
La Revista de Occidente se propuso ofrecer a sus lectores el panorama esencial de la vida europea y americana:
“Existe en España e Hispano-América un número crecido de personas que se complacen en una gozosa y serena contemplación de las ideas y del arte”
La publicación, nacida después de la Primera Guerra Mundial, expuso esta paradoja: “La occidentalidad del título alude a unos de los rasgos más genuinos del momento actual. La postguerra, bajo adversas apariencias, ha aproximado a los pueblos”.
Quizá Ortega y Gasset vislumbró no sólo el advenimiento de la integración europea sino también el germen del fascismo a través del “cosmopolitismo” dialéctico que no supone “un abandono de los genios y destinos étnicos”, sino que “significa su reconocimiento y confrontación”.
Alfonso Reyes participó en la fundación de la Revista de Occidente con la reseña sobre el libro Poesías y El Estudiante de Salamanca escrito por José de Espronceda, con prólogo y notas de José Moreno Villa.
A los 34 años, el escritor mexicano formaba parte integral de la inteligencia española, resultado de años de fecundo trabajo literario en Madrid, donde vivió entre 1914 y 1924, antes de convertirse en embajador en Francia, Argentina y Brasil.
En estilo condensado, Reyes hace alarde de erudición e ingenio al exponer la psicología de los grandes poetas románticos:
“Espronceda era reo político a los 15 años, y apenas, tendrían más años los tormentosos amantes de Stendhal. Hoy, la política y el amor comienzan mucho más tarde”, concluye con ironía el regiomontano.
Escribieron después en la Revista distinguidos escritores de nuestro país como Francisco A. de Icaza (enero de 1925) y Martín Luis Guzmán (diciembre de 1931), y otros más de los cuales carezco registro cronológico.
Hoy, la notoria casi total ausencia de plumas mexicanas e hispanoamericanas en las páginas de la decana revista merece una sincera reprensión, pues no honra el espíritu hispanoamericano de su fundador.
Empero, celebremos el centenario de la Revista de Occidente, haciendo propias sus palabras de apertura, aún vigentes, siempre mirando al futuro:
“¡Claridad, claridad, demandan ante todo los tiempos que vienen!”.
Detonamos este artículo publicado por Milenio, con autorización de su autor.