Campañas y Dinero
Ahora que estamos cerca de lo que finalmente serán las campañas electorales formales a todo tipo puestos de elección popular, tenemos que admitir que como México no hay dos.
Aunque nuestras leyes marcan etapas, duración, límites, financiamiento y todo lo que nuestros legisladores hayan podido definir en la materia, para todo fin práctico, los partidos políticos, los candidatos, las autoridades estatales, municipales y muy particularmente el primer mandatario, gran señor de palacio hacen lo que les da la gana.
De hecho, este último tiene el control de lo que a partir del miércoles 29 de septiembre del 2021 podemos definir como sobre campañas, ese día, el presidente López Obrador elogió y presumió la gestión de la jefa de gobierno de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum y le levantó el brazo al más puro estilo del pancracio mexicano; la señaló con su dedito, como diciendo “es Claudia” y claro, a la magra jefa de gobierno con la pena y todo no le quedó más remedio que agradecer el gesto con una semi référence con sus brazos abiertos al más puro estilo del ballet que aprendió cuando era chiquita y no vendía gelatinas.
Desde entonces, desde palacio se tiene el control de la sobre campaña en la cual, le marca el paso a la oposición y les dicta el paso a los aspirantes morenos a cualquier puesto de elección popular.
Ahora bien, tiempo es dinero.
En México, las campañas electorales para la presidencia duran un total de 192 días, al menos oficialmente e incluyendo las tres fases; la precampaña que fue del 20 de noviembre del 2023 al 18 de enero de 2024, pero a la cual llegaron ya definidas las meras meras; por ejemplo, en Morena desde el 6 de septiembre (de 2023) se dio a conocer quién sería la coordinadora de “los comités de defensa de la cuarta transformación” y por lo tanto, a quien representará a ese partido en la disputa presidencial del 2024 o lo que es lo mismo: “es Claudia”
Para el caso de la oposición, aunque en el Comité Organizador del Frente Amplio por México se registraron 33 interesados, solo quedaron 13 que cumplieron con los requisitos de la convocatoria para buscar la candidatura presidencial de la misma y poco a poco se fue desgranando la mazorca hasta llegar al 3 de septiembre en el que se nombró ya oficialmente a la Señora X como coordinadora del Comité Organizador del Frente Amplio por México que, en la práctica, significó que sería la candidata oficial de la oposición.
Finalmente, en MC y después de la frustrada búsqueda de Samuel García de llegar a la candidatura presidencial y de un destape botanero el pasado 9 de enero, se llegó al nombramiento de un candidato de unidad semi fosfo y con barbita que igualmente da una imagen de sin sentido a la precampaña.
Ahora estamos en la Inter campaña y dura del 19 de enero al 29 de febrero de 2024, este lapso no sé si sea como el medio tiempo del futbol o el minuto de descanso en el box, pero bueno, en eso estamos, ahorita los candidatos no pueden hacer campaña ni pedir el voto, pero los partidos están a duro y dale en la tele y en el radio y en las redes y en todo lo que se pueda hacer publicidad partidaria.
Finalmente, el periodo de campaña será del 1° de marzo al 29 de mayo de 2024, en esa sí se va a gastar dinero, hasta ahorita son puras migajas, y claro está, que los gastos salen del financiamiento público a los partidos y de las aportaciones de los particulares que, para el caso de México son mínimas oficialmente, pero cuantiosas extraoficialmente.
Para el año (electoral) 2024, el Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó un financiamiento público para los partidos políticos por un monto total de 10,444 millones de pesos. Aunque esta cifra incluye gastos generales (de los partidos), al ser año electoral se entiende que hasta el último centavo va a las campañas.
A esta cifra debemos de incluir nueve mil millones de pesos dentro del presupuesto general de INE que se asignan a las partidas de la organización de los procesos electorales federales y locales y al fortalecimiento de los procesos de actualización de los procesos registrales.
O sea, tan solo dentro de cifras oficiales federales, este 2024, entre todos los mexicanos, vamos a tener un gasto público de 20 mil millones pesos para el proceso electoral en todos sus niveles, si esperamos una concurrencia de aproximadamente el 65% del padrón electoral de unos 100 millones de mexicanos en edad de votar, esto significa que cada voto emitido va a tener un costo unitario de 308 pesos aproximadamente.
Esperemos, que este gasto público en nuestros procesos democráticos tenga un retorno positivo de la inversión y que, el pueblo bueno y sabio, tome su mejor decisión frente a sus casillas electorales.