CFE: Energía cavernaria
Cerca de las 5:00 horas de este viernes en que garrapateo estas letras, por alguna razón misteriosa nos cortaron el servicio eléctrico y no nada más a los de mi casa, sino a toda la colonia Buenos Aires, en el sur de Monterrey.
Son casi las 13:00 horas del mismo día y seguimos igual o peor, porque no hay quien de la cara por parte de la ineficiente Comisión Federal de Electricidad.
Laura Herrera, quien se ostenta como jefa de relaciones públicas de la paraestatal en Nuevo León, sirve para dos cosas.
Y las crisis por falta de energía que nos ha recetado el nuevo régimen contaminante de la autoproclamada cuarta transformación, más bien es de cuarta sin transformación: este no es el primero ni va a ser el último apagón que suframos.
Para colmo, en la cuenta de Twitter @CFE_Contigo, aparte de pedirme hasta el apellido de soltera de mi bisabuela, para levantar el reporte, no saben a qué horas acabe la crisis y, tras mandarles todos los datos de contrato, dirección y teléfono, contestaron:
“Estaremos dando seguimiento con número de orden el cual se tiene situación de líneas reventadas y reemplazo de componentes en media tensión, sin embargo, realizaremos las gestiones correspondientes para indicar la demora y dar agilidad”, a nombre de un tal “Mauricio”.
Esta quincena, Laura Herrera y todos los compinches de la CFE tienen que haber cobrado sus pingües cheques, y ellos no pagan el recibo.
Mientras tanto, un vecino de acá de la Buenos Aires anda desesperado buscando una planta de luz o generador a gasolina, para alimentar el sistema de vida que sostiene a un familiar enfermo.