¿Cómo vivir con las fake news?

Rogelio Ríos DETONA: Estar desinformados es la forma de vida natural de nuestro tiempo.

Por más listos que nos creamos, por más títulos académicos y experiencia profesional que acumulemos, casi nada podemos hacer contra el entorno de desinformación en que vivimos y bajo el cual tomamos las decisiones importantes para la vida privada y la comunitaria. 

El ciudadano, como usted y como yo, está indefenso ante la abundancia de información que, en realidad, es plenitud de mala información: distorsionada, torcida al extremo, tendenciosa y tóxica. 

Quienes acudimos a los medios de comunicación profesionales, rigurosos y equilibrados contamos con un escudo protector, pero es tal la cantidad y variedad de información proveniente de múltiples fuentes que el chequeo de su veracidad se vuelve imposible. 

¿Qué hacer ante esta situación adversa para los ciudadanos? 

Empecemos por esto:

Si tuvieran ustedes que decidir entre dos posturas..

¿cuál elegirían?

  1. “La cuestión más importante es asegurar que la desinformación y las fake news no circulen e influyan en los ciudadanos, aunque esto reduzca la libertad de expresión.” 
  2. “La cuestión más importante es garantizar la libertad de expresión de todos los ciudadanos, aunque esto pueda conducir a que la desinformación y las fake news circulen más fácilmente.” 
No es fácil elegir una opción.

Dicha pregunta se la hicieron a nivel internacional a 3 mil expertos en 50 países y a 20 mil ciudadanos encuestados en 15 países para el informe “AXA Future Risks Report 2024”, en el cual la desinformación generada por la Inteligencia Artificial (IA) es uno de los mayores riesgos previstos. 

Bien, pues el 59%de los expertos y el 62% de los ciudadanos estuvieron a favor de restringir la desinformación al costo de limitar la libertad de expresión. 

Por el contrario, el 41% de los expertos y el 38% de los ciudadanos expresaron que garantizar la libertad de expresión para todos los ciudadanos está por encima de la libre circulación de desinformación y fake news. 

Además, el 59% de los expertos y el 70% de los ciudadanos consultados apoyaron las intervenciones de gobiernos para frenar la desinformación, como, por ejemplo, las restricciones temporales de internet o la remoción directa de contenidos durante una crisis (en China, el apoyo a esta idea fue de ¡99%!). 

Finalmente, ante la IA, señalada como una fuente sofisticada de generación de información falsa, tanto expertos (82%) como ciudadanos (75%) la consideraron como una gran herramienta si se utiliza de manera correcta para prevenir la difusión de fake news. 

La responsabilidad de combatir la desinformación corresponde no sólo a los gobiernos, sino también a las empresas, sugieren los expertos. 

David Colon, profesor en Science Po en París y autor de “La Guerre de L’information” (Éditions Tallandier, 2023), nos dice -en una entrevista para el reporte “AXA Future Risks”- sobre las empresas: 

  1. El advenimiento de smartphones, redes sociales e inteligencia artificial ha llevado a la desinformación a un nivel sin precedente tanto en su alcance como en su profundidad. 
  2. El modelo de negocios de las principales plataformas en línea -orientado a maximizar las ganancias por anuncios- ha fomentado la proliferación de fake news y teorías de conspiración. 
  3. En muchas compañías, el uso de los anuncios programáticos ha resultado en el fondeo frecuente y sin matices de sitios de internet no confiables. 
  4. En la convergencia actual de influencers, algoritmos y audiencias digitales, nuestro espacio de información se ha vuelto más volátil que antes. 

Es interesante tomar en cuenta que, en inglés, hay una leve diferencia entre “disinformation” (desinformación deliberada) y “misinformation” (desinformación no deliberada), pues ésta última es la que hace cualquier persona que le dé forward o RT a las noticias que recibe, por más absurdas que sean.

En lo personal, estoy a favor de contener la desinformación y las fake news tanto por acción gubernamental como por iniciativa empresarial, aunque reconozco que la libertad de expresión se vería restringida. 

¿Es un valor absoluto la libertad de expresión?

No lo creo así, pero esa es una discusión para otro momento. 

Lo urgente es combatir las mentiras y falsedades que contaminan el espacio de información de cada uno de nosotros, por más preparados que estemos y más “fregones” (como diría Enrique Canales) que nos consideremos. 

Para mí, dedicado al periodismo, el combate a la desinformación y las fake news es un asunto personal. 

Y, por favor, piénselo usted dos veces antes de dar su próximo RT. 
@rogeliux 

 

Rogelio Ríos Herrán

Egresado de la Licenciatura en Relaciones Internacionales por El Colegio de México (1981)  y desde 1994 se ligó a los medios de comunicación como comentarista y productor en Radio Nuevo León y la televisión pública y colaborador y columnista en periódicos en Nuevo León y Arizona y Georgia, en Estados Unidos. Durante más de 18 años se desempeñó como editor de opinión en el periódico El Norte (Grupo Reforma), en donde además durante 15 años fue un editorialista regular con análisis sobre coyuntura de política internacional, Estados Unidos y asuntos mexicanos. Desde 2019 y hasta 2021 colaboró en Grupo Visión de Atlanta, Georgia, y condujo el programa radial Un Café Con Atlanta.